El coronavirus definitivamente marcó un antes y un después en la humanidad, ya que las rutinas diarias fueron cambiadas abruptamente por el uso de mascarillas, distanciamiento social y lavado frecuente de manos. Asimismo, modificó la forma en la que se brinda servicio en los locales comerciales, aunque no todos han contado con la autorización para abrir.
En el caso particular de Latinoamérica, uno de los sectores más golpeados es el cine, ya que la mayoría de países mantienen las salas cerradas para evitar el aglomeramiento como medida de bioseguridad y otros cuentan con la aprobación de apertura, pero con un aforo limitado que también perjudica el número de ventas. Sin duda alguna, este hecho representó una situación sin precedentes que quedará marcado para la historia.
Sin embargo, también abrió la posibilidad para la creatividad en medio de las restricciones impuestas por los gobiernos latinoamericanos, para evitar los contagios masivos de la nueva enfermedad viral. Por ejemplo, en Uruguay el Aeropuerto Internacional de Carrasco ubicado en Montevideo, se convirtió en un autocinema.
Tuvieron que transcurrir varios meses hasta que finalmente en agosto de 2020 el Gobierno de ese país sudamericano dio la autorización de abrir nuevamente las salas de cine. En cambio, el Gobierno de Chile se rehúsa a la reapertura de los cines. Aunque deslizó la posibilidad de que estos inicien operaciones, pero con un aforo del 50 % y la prohibición de la venta de alimentos, como parte de los protocolos de bioseguridad.
El triste escenario también se repite en Colombia, porque el presidente de Cines Munir Falah, informó que la caída de la industria es del 81.8%, tras el cierre de las salas el 14 de marzo de 2020. Lo más preocupante es que no se vislumbra la apertura de sus puertas en el primer bimestre de 2021.
En cuanto a Perú el Gobierno dio la aprobación para que los cines reabran sus puertas, pero con un aforo del 40% que forma parte de la fase 4 de la reactivación económica. Sin embargo, la Asociación Nacional de Salas de Cine (ANASACI) afirmó que bajo estas condiciones no es sostenible económicamente para ninguna cadena.
De acuerdo con la directora de Canacine, Tábata Vilar Villa, las salas de cines en México registraron pérdidas del 81 %, a pesar de que recibieron la autorización para ofrecer funciones en agosto. La cadena mexicana Cinépolis se abrió paso entre la crisis al promover su plataforma de streaming “Cinépolis Klic”.
Más allá del cierre de establecimientos, la misma posibilidad de crear un cine en casa gracias a diferentes gadgets, desde altavoces para un sonido envolvente, proyectores para una experiencia visual en full HD, accesorios 3D para smart TV o hasta máquinas caseras para preparar pop corn, ha logrado que el streaming se posicione sobre el cine tradicional. Statista estima que Netflix, Amazon Prime y Disney + tendrán un crecimiento sostenido de suscripciones del 87 % hasta el 2025 en el país azteca.