Los nuevos periodistas: Danielita y Dieguito

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De izquierda a derecha: Argenis Ranuárez, Pedro Rebolledo, Josefina de Rebolledo, Taide Rebolledo, Diego, Daniela y Argelia.

San Juan de los Morros.- Eran ayer nomás, dos niños, dos retoños, dos capullos.
Volaron los días. Pre escolar, escuela y liceo en un dos por tres. Llegaron a la Universidad, a nuestra Universidad, la que contribuimos a crear con nuestro entusiasmo juvenil, nuestro reclamo con palabra y acción, allí llegaron y de allí se van en cuestión de días.
Danielita es ahora Daniela, Daniela Moreno, hija de Israel,- hijo de Argelia,- y de Taide, hija de Don Pedro Rebolledo y de Doña Josefina. Amigos todos, desde siempre. Dieguito es ahora Diego, Diego José, el poeta, hijo de Doña Inés y de éste mortal.

Allí, como siempre, cerca, los poetas y pedagogos Tibisay y Juan Jeroh Montilla, mentores y padres también de nuestro hijo, en buena medida.
El pasado lunes doce, Daniela y Diego defendieron su tesis para optar al título de Licenciados en Comunicación Social. El jurado lo integraron los profesores Wollmer Uzcátegui, María Montilla y Pavel Rojas.
Allí estuvimos padres y abuelos. Oímos y escuchamos. Silencio absoluto. Vimos a dos estudiantes seguros, confiados explicar con detalles un interesante trabajo sobre el lenguaje literario en el periodismo guariqueño.
Salimos, regresamos, en el ritual ya conocido. Cada integrante del jurado dio su opinión. Favorables por demás los comentarios. Honda la emoción, íntima. Menciones publicación y honorífica fue su recomendación. Tanto como para hacer inenarrable la alegría.
Hay sí, muchas razones para el desánimo. Sin embargo, hay valientes todavía, que aprovechan las energías de su juventud para lograr metas, realizar sueños, escalar peldaños. Para llegar. Cómo Daniela, como Diego.

Soñamos hija o hijo abogado, dos tenemos. Una y uno. Soñamos hija o hijo maestro. Una tenemos. Soñamos una hija o hijo navegante del Cyber Espacio, uno tenemos. Soñamos hija o hijo periodista, ya lo tenemos. Soñamos un hijo poeta y lo tenemos. Sólo uno hizo lo que no soñamos, decisión respetada sin compartirla. Nada más que pedirle a la vida. Rogamos por ellos a Dios, que siga premiando sus empeños. Será suficiente.

Argenis Ranuárez Angarita 

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