El concepto que tenemos de noticia podrá ser uno bastante moderno, e indiscutiblemente asociado al periodismo y la comunicación social, sin embargo, su esencia es más antigua. Hoy en día hablamos principalmente de urgencia e inmediatez al momento de definir lo que ha de presentarse en los medios de comunicación, debido a que los avances tecnológicos han disminuido tremendamente los tiempos de espera y han minimizado las distancias, o dicho de otra forma, han propiciado un ambiente donde el periodista es un cronista de la historia viva y presente.
En la Europa antigua, las cosas eran diferentes. El mundo se sentía más grande, y la vida de una cierta información tardaba mas en diluirse porque la gente tardaba mas en enterarse de las cosas. Acá la noticia era diferente, no era un aviso rápido e inmediato de lo que acaba de pasar, sino que en su lugar se presentaba en forma de relatos elaborados que veían a los hechos luego de su conclusión, dando tiempo a la reflexión y la interpretación.
Esto se traducía en un lenguaje más amplio y un tanto más complejo, de corte literario, y así las épicas batallas, los grandes romances o las ceremonias y tradiciones, tenían la cualidad de apelar a lo emocional de las personas para fijarse en su memoria.
Quienes estaban a cargo de este tipo de registro de hechos recibían nombres diferentes dependiendo del momento histórico y de la región. De esta forma tenemos por ejemplo, a los Bardos irlandeses y gaélicos de la Europa celtica, a los Juglares medievales o a los Escaldos vikingos.
Los primeros se inclinaban por la preservación de la identidad de su gente a través de leyendas y poemas cantados, los segundos servían de agentes que mezclaban el canto y el espectáculo en su transmisión de los hechos, y los últimos eran también conocidos como poetas guerreros debido a que se dedicaban a la crónica de guerra, usualmente participando en la misma.
En todos los casos, desde las gestas mas grandiosas hasta los detalles mas cotidianos y pintorescos, mucho de la historia hasta hoy en día se conserva se les debe a ellos, viajeros incansables que recorrían los caminos y poblados en busca de aquello que valiera la pena transmitir. Su labor era bastante reconocida en su época y era motivo de orgullo. No era de extrañar el que algún Juglar se ganara los favores del rey, que un Escaldo ocupara puestos de gobierno, o que un Bardo se jugara su futuro y su fama en torneos a escala nacional.
Las noticias de estos reporteros antiguos tenían ciertas características dignas de mencionar: la poesía era la forma usual que tomaban los hechos, por lo tanto, el uso de la metáfora era prominente, y la longitud de lo transmitido aumentaba mucho gracias a los adornos y florituras del lenguaje, algo que hoy en día sería un pecado técnico en la mayoría de los espacios, pero que en su época era perfectamente lógico y que aún hoy en día tendría algo de utilidad: la gente recuerda más a largo plazo un poema o canción.
Se presentan también cuestiones de punto de vista en cuanto a que es más prioritario, si los hechos generales, o los detalles puntuales, porque el giro literario que los Bardos dan al hecho noticioso se basa en la ocurrencia general, en el amplio espectro de lo sucedido, y lo demás es complemento de ello. Un enfoque entretenido que despierta el interés de las personas y les hace interesarse mas por la narración, por escucharla completa, y quizás hasta aprenderla para contarla luego a alguien más.
Algo de esto sigue vivo en las formas modernas de reportaje a profundidad y de crónica, sin embargo, para el día a día de la noticia, el estilo puntual y pragmático de la Escuela Norteamericana predomina. Pese a todo, ese algo que sigue es suficiente para sentir el legado de aquellos que recorrieron primero el camino de la comunicación social, los primeros periodistas del mundo.
*Pasante ECS/ Unerg
Diego Ranuárez