Continúan los diálogos fuera del país y las movilizaciones dentro. La pelea es política, comunicacional y estratégica, quien no lo entienda queda por fuera. En medio de un posible escenario electoral la oposición está obligada a agruparse para poder ganar y el gobierno a mejorar su gestión para recuperar seguidores y convencer. Viene un escenario digno de un tablero de ajedrez.
El gobierno nacional esta golpeado en su credibilidad, con dificultades para gobernar, pero con el control, casi total de las principales estructuras. Más abajo, en su organigrama político, cuenta con una Asamblea Nacional Constituyente cada día más inoperante. Luego aparecen 19 gobernaciones, algunas con gestiones sobresalientes. Es allí donde se afianzará la tarea política en caso de un escenario electoral.
Habla la calle
Los temas principales desde hace mucho tiempo, según las prioridades establecidas por los ciudadanos, son: alimentos, salarios y salud; con dos vértices: Atención y medicamentos.
Temas como educación, vialidad y seguridad quedaron en un segundo plano. El gobierno jugará a minimizar las fallas en estos y la oposición a desnudar y mostrar los errores, que son bastantes.
La bolsa Clap
Cojea el gobierno regional al creer que garantizar la bolsa clap y otros programas es suficiente. Olvida toda una red de distribución en donde se han pervertido algunos en las bases, afectando y desmoralizando al ciudadano en las comunidades. Esta falla la factura el gobierno.
Antes de hacer esta columna preguntamos a nuestros lectores en privado (encuesta periodística) sobre las principales fallas en la distribución de alimentos.
Sorpresa: el costo no es el problema. La lloradera no es por el valor de la bolsa. La falla principal es “la tardanza en la entrega de esta”.
El segundo aspecto tiene que ver con el contenido y los productos: La calidad de estos y la falta de algunos genera quejas. En el caso de Guárico, la bolsa Clap ya no trae productos importados, todos son nacionales.
El rubro más polémico es el de la harina de maíz, pues algunas no compactan al momento de ser llevadas a la cocina.
Finalmente las quejas que le siguen son de abajo pero las paga el de arriba: Bolsas violadas, censo adulterado para que a los Clap le quede algunas bolsitas demás, exigencia de cobros 24 horas antes, para que algunos no puedan pagar, sobreprecio en el flete que genera lucro entre vivarachos.
Ante el anterior panorama se platea estos retos: Minimizar el tiempo de entrega, en el caso de Guárico, esto se ha logrado en algunos municipios. Sin embargo, las críticas continúan. Seguir mejorando la calidad de los productos y finalmente, incrementar la contraloría social. La corrupción entre los de abajo, es peor, es una verdadera traición a la propia clase social.
Valoración en ascenso
No hay duda de que hay dos elementos que aumentaron su valoración entre los ciudadanos guariqueños: reconocen la entrega en menos tiempo y admiten que los productos han mejorado. Sin embargo, la batalla es comunicacional, pues la comida no puede esperar.
El reto es acercar al ciudadano con el gobierno, a los de abajo con los de arriba. Aquí juega un papel determinante la empresa Alguarisa, creada para asumir este rol.
Salud
Cojea el gobierno al olvidar el factor humano en el sistema de salud. Se invierte en infraestructura y en megaoperativos. El clamor principal es la atención por encima de la falta de insumos y la calidad de los espacios.
Tan mal estamos que los pacientes deben “sabanear” a los médicos en los centros hospitalarios. Médicos que primero chatean por celular, luego conversan y finalmente, si sobra tiempo, atienden al paciente.
Son duros en los hospitales y excesivamente amables en sus clínicas. Esta aberración la factura el gobierno.
No hay duda que los hospitales que tenemos presentan áreas que están como para ser clausuradas o demolidas, y junto a la falta de insumos son responsabilidad del gobierno regional y nacional.
Finalmente, algo de lo que nadie quiere hablar, el pillaje en los hospitales: rateros que se llevan, desde los bombillos, hasta delincuentes de bata y corbata que roban equipos médicos. Esto lo factura el gobierno.
El tema del salario seguirá siendo una variable asociada a la dinámica nacional. Cojea el gobierno al confrontar o evadir el justo reclamo salarial. El que critica y reclama, sea chavista u opositor, no puede ser tildado de traidor.
Conclusión
Cojea el gobierno al no hacer más autocritica de algunas situaciones. Chávez era el campeón al momento de jalar orejas.
Se cojea al fortalecer al gobierno y debilitar al partido. El partido debe ser un ente fuerte que haga contraloría y advierta al gobierno.
Los rojos que no sean parte del gobierno, son parte del partido y deben hacer una labor de “vigilantes y orientadores”.
En eso, los Adecos fueron los mejores. Siempre liberaron de responsabilidad partidista a sus gobernantes y el partido hacia crítica e incluso, llegaron a cuestionar a sus presidentes, eso es democracia.
Cojea el gobierno al no dar respuestas oportunas. Cojea el gobierno al tapar fallas y vicios para evitar divisiones internas.
Cojea el gobierno al mostrar los mismos voceros y las mismas caras. La frase “las mismas caras de siempre” se oye en gobierno y oposición.
Cojea el gobierno al estructurar su discurso solo para hablar a los suyos, el éxito es hablarle a todos.
Cojea el gobierno al escuchar solo a los suyos: la corte de aduladores y lisonjeros hace más daño que los críticos y los que están fuera de la burbuja de plástico.
Cojea el gobierno al facturar el desastre que tienen algunos alcaldes y alcaldesas. Aunque sean autónomos, no está demás que alguien les diga a estos, “epa alcaldesa la estas ca….”
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