Lo advertí y argumenté a todo el que me preguntaba: Maduro llegó a diciembre y llegará a enero. El gobierno sigue allí intacto. Solo pierde credibilidad y puntos, pero eso no lo hace débil y moribundo. 2019 fue un año de combate estéril, improductivo.
Las promesas del gobierno de mejorar el país no se cumplieron. El modelo económico no sirve: anacrónico e infuncional. Maduro no aprobó ninguna materia.
Las promesas de la oposición de sacar a Maduro ninguna funcionó. Volvieron a crear falsas expectativas. La oposición esta reprobada. Un año perdido.
Un país con dos líderes
Venezuela hoy tiene dos líderes. Guaidó y Maduro son los hombres fuertes. Con discursos desgastados, baja popularidad y poco que ofrecer, cada día se parecen más. Ambos viven en un combate estéril.
Detrás de estos también están los marioneteros: los que tiran de los hilos del poder sin necesidad de ser el número 1.
Diosdado, los hermanos Rodríguez, Cilia, son los rojos empoderados. Ramos Allup, Bernabé Gutiérrez, Leopoldo López y fuertes empresarios manejan la oposición.
Escenarios
El chavismo jugará a unas elecciones de la Asamblea Nacional, esto sirve para “correr la arruga”. La oposición esta entrampada.
Solo los adecos trabajan como si vinieran elecciones. De resto se siente frustración, desánimo y desinterés.
La apatía y decepción no es un mal exclusivo de la oposición. El chavismo también experimenta esta sensación.
Ante este escenario ¿qué podemos hacer?
1.– No caiga en la desesperanza, no se resigne, no caiga en la habituación. Es necesario insistir, avanzar y continuar. Este mensaje no es exclusivo para opositores
2.- Quienes difieren del gobierno tiene el derecho y el deber de trabajar por un mejor país. Tirar la toalla y lamentarse no puede ser una opción.
3.- Milite, construya, organice y participe. No deje de aportar ideas. Juegue en equipo. Solo, nadie logra nada. Sea pedagógico: aprenda a explicarle a los demás su visión de país.
4.- Si usted milita en las filas del chavismo, aprenda a debatir con argumentos. Practique la crítica y autocritica. No se aleje, ni subestime, ni menosprecie al opositor.
5.- Exíjale a sus gobernantes que cumplan. Organice acciones y tareas sociales o comunitarias: no se requiere un cargo para hacer algo por el prójimo.
6.- Aprenda a hacer política de altura. Aprenda a escuchar, eso es un arte. No se sume a campañas de odios y zancadillas. Respete la vida privada y la familia de sus adversarios políticos.El país quiere y requiere soluciones, no chismes y ataques entre diferentes.
7.- 2020 no será un año mejor. Inflación e inestabilidad reinarán. Pero cuidado, no se convierta en profeta del desastre: si eres maestro, líder o cabeza de casa no seas un desmotivador. Un decepcionado y frustrado en la familia se acepta y se entiende. Una familia frustrada y decepcionada es inaceptable.
8.- Haga el ejercicio de reconocimiento: pregúntese cuántos amigos tiene usted que piensen políticamente diferente. Que sean su polo opuesto.
9.- No caiga en la generalización: en el chavismo y en la oposición hay lideres brillantes, mentes lúcidas. No todo el que esta al lado del presidente o del gobernador es un “chavista malo”. Existen funcionarios echando el resto.
10.- Nunca olvide esto: pase lo que pase, seguirán existiendo adecos y opositores y chavistas y gobierneros. Pretender la invisibilización del otro es una utopía.
En un escenario de elecciones, con todas las condiciones dadas, el chavismo pudiera perder, pero igual lograría espacios de poder.
Es imposible ganar todas las alcaldías y gobernaciones. Es imposible y contraproducente tener todo el poder.
La coexistencia será necesaria. Pero mientras esta no llegue, no tiene sentido seguir en un combate estéril.
Entramos en un receso sin dejar nuestras labores de informar. Esta columna se va de vacaciones y volverá el domingo 12 de enero. Dios bendiga a todos.
Orlando Medina Bencomo / El Tubazo Digital