I El mundo al revés
El no participar en ciertas acciones políticas es una constante de un sector de la oposición venezolana. Los que promovieron la abstención en el pasado y colaboraron para que el Psuv se quedara en el poder, hoy piden votos y desean ser gobierno.
Peor aún, acusan de colaboracionistas a los que participan y llaman a votar. El mundo al revés dijera Eduardo Galeano.
Este comentario introductorio se hace por el simulacro realizado la pasada semana. Es sabido que toda elección organizada por el CNE tiene un simulacro, que no es más que una fase para familiarizar al elector con el acto de votar.
Sorprende que factores políticos estén participando en una elección y llamen a no participar en esta fase. El simulacro fue concurrido, se notó participación. Si un sector, que se autodenomina, mayoritario, no participó, ¿entonces quiénes se movilizaron?
La analista política, Indira Urbaneja, señaló que el chavismo le dio “el primer jaque” a la oposición en el simulacro electoral.
Lo más contundente fueron las declaraciones del dirigente opositor y radical Pablo Aure, quien consideró la estrategia como un error:
“Es un error que la Plataforma Unitaria no haya llamado a participar en el simulacro. Fue un error porque el domingo hubo bastante gente. Gente que el gobierno movilizó, demostró que tiene maquinaria. Nosotros hemos debido llevar gente para amalgamar a los opositores con los funcionarios públicos”.
Aure considera que “dejándolos solos, a los chavistas, las personas piensan que los que se movieron son puros chavistas. Esta gente tiene maneras de movilizar”.
La decisión de no participar nuevamente fue impuesta por una minoría de cúpulas. Definitivamente la política es un tema de percepción. No es lo que ocurre, sino lo que la gente cree.
II Arranque
Este 4 de julio arrancó la campaña, solo dos de los 8 candidatos realizaron actividades notables. El chavismo retomó las marchas simultáneas, mientras que el sector de la Plataforma utilizó la estrategia de la caravana.
La discusión de quién tuvo más personas me parece un combate estéril. La negación del otro al decir que unos tuvieron muchos y otros pocos, es un autoengaño.
Lo que sí creo, es que ambos sectores deben ajustar tuercas en materia organizativa, una marcha o caravana no es algo que se mande sola, requiere organización y coordinación, antes, durante y después de su realización.
Recuerdo las grandes caravanas de AD y Copei que, hasta caramelo lanzaban, yo las miraba con asombro, con el tiempo, los izquierdosos me susurraban al oído: “carro no vota”, hoy yo le agregaría, “ni moto tampoco”.
Más allá de esto, a 20 días de las elecciones, el tema importante es ¿cuántos de los 21.392.466 habilitados para votar ese día se movilizarán por su cuenta y cuántos podré movilizar?
¿Cuántas mesas y centros tengo cubiertos? ¿Qué tanta unidad hay en mi entorno?
III Porcentajes
En una elección es importante ganar en la mayor cantidad de espacios posibles, sin embargo, el país tiene sus polos claves y cada estado posee sus peculiaridades.
En el caso del estado Guárico, este tiene, según cifras del CNE, un padrón electoral de 572.103 electores, lo que representa apenas 2,65% del padrón nacional.
Caso diferente Zulia con 12,13%, Miranda 10,47%, Distrito Capital 8,10%, Carabobo 7,76%, Lara 6,34%, Aragua 5,98%. Es decir, las seis entidades mencionadas, de las 24 existentes, representa el 50,78%, un poco más de 10 millones de electores, la mitad del padrón.
Volviendo al caso de Guárico, cinco municipios: Miranda, Roscio, Infante, Zaraza y Monagas acumulan casi el 70% del electorado. Allí está la jugada.
El voto es una acción más emotiva que racional, pero no bastan caravanas y marchas, ni videítos en carretera, las elecciones se ganan en las mesas.
IV Colores
Política es marketing, se venden candidatos como un producto, el color y el empaque importan mucho, son elementos visuales.
La escogencia de los colores es clave para proyectar y conectarse. Los colores en el empaque de un producto deciden si se compra o no.
Maduro se presentó bajo la lluvia con una chaqueta multicolor, juvenil y llamativa, entendió que él era la marca y el producto. Música y colores recuerdan a su simbología más fuerte: Chávez.
La estrategia es conectarte con el electorado, por ello le calzaron una camiseta de la vinotinto a González Urrutia. Todos los candidatos intentan proyectar imagen juvenil, fresca y vigorosa.
V Simbología
En política, los símbolos pesan, se siembran. Los aprendices y enanos de la política menosprecian esta tesis. El chavismo, al igual que los adecos son una comunidad emocional. Eso se construye y requiere de tres elementos: un líder, postulados y tiempo.
Estos generan un vínculo emocional. No es casual que el Psuv retome la simbología chavista y los adecos, los dos toletes blancos, se peleen por el legado de Carlos Andrés.
VI Descontento
Todos los partidos y tendencias tienen un porcentaje de descontentos, decepcionados o dudosos, estén en gobierno u oposición. Es normal, pues no se puede ser líder y complacer a todos por igual.
Ese voto descontento, en un alto porcentaje se queda en el limbo. No estamos negando el “voto castigo”. Estamos hablando de militantes, de quienes se identificaron y marcharon alguna vez.
Es muy difícil ver personas de izquierda, militantes psuvistas, disidentes del gobierno, migrar hacia la derecha en el poco tiempo que queda para las elecciones. Los números de los procesos electorales lo demuestran, con la caída de la votación del chavismo sin la subida de la oposición, eso es matemático, es número, las cifras están allí.
Lo mismo pasa desde el sector opositor, el antichavismo encubado, hace que el voto se disperse en cualquier candidato, menos en Maduro. Cada quien tiene su lecho de roca, su nicho y su público.
Finalmente, existe el voto silencioso, que es un misterio, no se manifiesta, no se expresa, no garantiza que asista a votar, y puede estar inclinado hacia el lado que usted menos se lo imagine.
El voto duro o la base segura que tiene cada quien es medible de acuerdo a los procesos anteriores. Desde sectores de la oposición, los políticos de verdad, le dan al Psuv entre 4 o 5 millones de votos como piso. Esto, a muchos no les gusta que se lo recuerden.
La llamada economía del voto existe, el venezolano que vota no le gusta perder su voto, salvo los racionales, de convicción. Esto hace que la votación se polarice entre los que, desde la percepción del electorado, tengan chance.
VII Los malcriados
Hasta ahora, lo que se está manifestando es que esa disonancia chavista, durante temporadas se atrinchera y regresa frente a la amenaza de una “restauración de la exclusión”, del regreso del pasado. Maduro une al chavismo, no solo por el liderazgo que este pueda tener, sino por el temor a la pérdida del poder.
Igual pasa con la oposición, los sectores de oposición más radicales ven cualquier oportunidad como una posibilidad para salir del presidente Maduro y de lo que significa el chavismo. Allí el candidato no es fuerte, lo fuerte es el sentimiento antichavista, es un voto más emocional que racional.
El chavismo comienza a mostrar en actos regionales y nacionales, caras que en un momento determinado, cuestionaron el liderazgo nacional o regional, todos hicieron una tregua, se abrazan y ratifican que votarán por Maduro.
Ese fenómeno se repite en oposición, más allá del radicalismo, la guerra contra Rosales y las imposiciones, junto a las ansias de figuración, nada detiene a este sector, pues saben, al igual que el Psuv, que la unidad es clave.
VII Corticos
Ran Ran / Esta semana nos enteramos de la muerte de Rafael Marín, dirigente político de oposición, fue diputado adeco por el estado Guárico, luego se uniría al partido Soluciones de Claudio Fermín. Sus amigos lo llamaban Ran Ran.
Del caso del Alcalde del municipio Ortiz en el estado Guárico aún no se echa el cuento completo. La novela apenas comienza.
Definitivamente hay gente imbécil, la vinotinto pierde y algunos culpan a un jugador, por ser hijo de un gobernador chavista.
Orlando Medina Bencomo CNP 26637 / El Tubazo Digital