I La batalla digital
El tema de las redes sociales y su uso desproporcionado, está generando un profundo debate en diferentes países del mundo, ahora se nota su poder.
El caso no es la cantidad de ataques y las campañas en contra, sino la capacidad de respuestas. Existen dos conceptos que deben estudiarse aquí; la propaganda y la contrapropaganda.
Para algunos, es un error censurar redes sociales, la red como tal no piensa ni actua, son los usuarios quienes generan tráfico y deciden como usarla, es un dilema ético.
Es cierto que lo que hemos visto, en gran cantidad de ocasiones es: escatológico, asqueroso, bochornoso, y muy triste. Lo que alguna gente escribe y hace en redes sociales, deja mucho que decir.
A esto se suma la llamada “dictadura del algoritmo”, y aunque ya dijimos que la red no piensa, esta es manejada por alguien, “extrañamente” hay contenidos que se ven y otros que se ocultan.
Creo que la gran falla del sector gobierno y de los militantes de este sector, es que abandonaron el terreno de las redes sociales. La batalla era en la calle, pero la guerra ahora se libra en la mente de cada persona.
II Redes antisociales
Revisemos una encuesta realizada por la firma Poder y Estrategia publicada por Ricardo Ríos, realizada el pasado mes de mayo, a 1.200 personas en 14 ciudades del país.
En dicha investigación se demuestra estadísticamente que el medio que más usan los venezolanos para informarse son las RRSS.
En esta ocasión la interrogante se refería al medio por el cual los venezolanos se “informan” sobre los hechos ocurridos en el país. El 63% de los entrevistados señaló a las redes sociales como su canal informativo.
No fue X, antiguo twitter, el canal más utilizado. La red social que más usan los venezolanos para INFORMARSE es Instagram (34%).
El periodista Kiko Bautista ha dicho en diversas ocasiones que “twitter no quiebra hueso” refiriéndose a la poca penetración que esta pueda tener para construir opinión pública e influir sobre las personas.
La encuesta dice que Twitter (o “X”) ocupa la 4ta posición con 9%. Ríos advierte en la presentación de la encuesta que “eso no quiere decir que solo 9% use Twitter, la proporción puede ser mayor, pero es posible que no lo asocien directamente a solo estar informado”.
Sin embargo, insiste Ríos “no cabe duda, por sus características, Twitter es la red social que determina las narrativas, es masa crítica, he allí su importancia. Por algo Elon Musk se gastó casi 50 mil millones de dólares comprando esta plataforma”.
De allí la decisión tomada por Maduro en relación a twitter. Aplaudida por algunos y cuestionada por otros.
III Otras redes que enredan
Sobre esta encuesta debe indicarse que fue elaborada para personas mayores de 18 años, otra variable que deja por fuera a un enorme público que la usa para “entretenimiento”.
La investigación indica que Facebook es la red que más usan los mayores de 60 años (y tiene alta penetración en los estratos D y E) mientras que Instagram es todo lo contrario. Facebook sigue siendo una herramienta de mucho valor para llegar al estrato de los adultos mayores.
En cuanto a la red social Tik tok es la más usada para el entretenimiento. Es la número uno cuando la pregunta es ¿Cuál es la red social que usted más usa a la hora de buscar entretenimiento?
IV ¿Y whatsapp?
No hay redes “pequeñas” todas tienen su alcance y su fortaleza. Maduro pone la vista en twitter pues este es un espacio para activistas, políticos, periodistas, líderes de opinión que de algún tipo buscan incidir entre ellos. A esto se agrega la torpeza de que el dueño de la red establezca un tú a tú con Maduro.
En cuanto a Instagram es una oportunidad para periodistas sin medio.Sin embargo, los influencers, que no son periodistas, y otros, generan gran cantidad de contenidos que simulan ser “informativos”.
Mientras que WhatsApp se convirtió en vehículo de difusión, es el lugar por donde más circula la desinformación, aunque la gente no se informe comparte (des) información según los datos de ObservatorioFN.
V Mayorías parecidas
Según las cifras dadas por el CNE Maduro ganó con 51,95%, es decir, 6.408.844 votos.
Si partímos de estos datos oficiales, esto significa que la mitad del país político, llámese electores, no votó por Maduro.
El CNE sentenció, en segundo boletín, que Edmundo González obtuvo 43,18% con 5.326.104 votos.
El resto de los aspirantes, obtuvo casi el 5%, es decir un promedio sobre los 600 mil votos. Si sumamos todo eso, los nueves candidatos opositores, obtuvieron casi 6 millones de votos.
Sin entrar en el debate de “fraude” o el de las actas, si partimos de estos datos, entonces el país está dividido, polarizado. La mitad del país que no voto por el ganador sigue viviendo aquí. No se puede hablar como si esto fuera una batalla donde se exterminó al otro.
La situación presentada post elecciones, no solo quitó la posibilidad del análisis detallado de los resultados, que aun no los tenemos, sino también, de empezar a ver el país que todos queremos, paz y progreso.
Esos votos que obtuvo la oposición, casi seis millones, son bastantes, significa que ganó en muchos lugares, falta ver dónde.
VI Derechos humanos
Durante muchos años los derechos humanos fueron la bandera de la izquierda. Era punto de honor y no faltaban en ningún acuerdo.
El mundo civil dio duras batallas para hacerlos valer y fueron claves para tomar el poder y “hacer un mundo más justo”. No olvidemos el ayer.
VII Lecciones de unas elecciones
1.- El 40% de abstención perjudicó a la oposición, esta se enfocó más en lo publicitario que lo organizativo.
2– La oposición hizo mejor uso de las Redes Sociales: granjas, bots, aliados internacionales y propagandistas hicieron muy bien su trabajo.
3 La hegemonía comunicacional funcionó a la inversa, contra el gobierno, la gran mayoría de los medios que hoy tienen influencia: (redes sociales y portales web), enfilaron baterías contra Maduro.
4 Estudios realizados confirman que más del 80% de lo difundido en redes y de las tendencias generadas eran contra Maduro. La televisión y la radio ya no tienen la fuerza de antes.
5 La percepción que hoy se tiene es de poca credibilidad en las instituciones. Eso no es nada bueno para un país.
Orlando Medina Bencomo CNP 26637 / El Tubazo Digital
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