LOS TUBAZOS DEL DOMINGO / Trump, Bachelet y el caso Wilmer Quintana

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El tema de la sanciones no puede ser analizado desde la perspectiva de las redes sociales, allí hay poco análisis, más bien expresiones muy personales y algunas, irracionales.

Aguas adentro, las sanciones, o la profundización de estas, representan un elemento que aun cuando no es nuevo, había sido invisibilizado por algunos, considero que este anuncio de Trump decretando “embargo total” nos lleva a las siguientes reflexiones:

1 El chavismo está obligado a explicar mejor este tema, pues hasta el momento lo ha hecho terriblemente mal, desde el punto de vista mediático.

2 La oposición se fractura un poco más, pues un grueso sector de sus líderes rechaza las sanciones: No solo es Falcón y Claudio Fermín. Amplia es la lista que rechaza esta vía, a pesar de su oposición a Maduro.

3 El chavismo suma aliados indirectos, pues capitaliza todo rechazo a las sanciones como un apoyo al gobierno, aunque en esencia, no es así.

4 Los opositores comienzan a admitir que hay un bloqueo, hasta hace poco lo negaban, eso obliga a dar un giro en el discurso.

5 En un escenario así, el gobierno pudiera victimizarse y sumar aliados nacionales e internacionales, eso va a depender de su diplomacia.

El caso Michelle Bachelet

Michelle Bachelet es el nombre de la comisionada de las Naciones Unidas que puso a chavista y opositores a pensar. La eterna manía de satanizar o santificar personas, en ocasiones se paga caro.

Cuando ella emitió el Informe en donde mostraba una radiografía de la actual situación: la oposición la santificó como  “la señora Bachelet” y el chavismo, olvidando los orígenes socialistas de esta, la llamó “la Bachelet”.

Fue muy triste ver carteles y muchachitos de franelas rojas atacando a esta dama cuando jamás se han leído un libro sobre la dictadura chilena.

Verónica Michelle Bachelet Jeria, ese es su nombre, pronto cumplirá 68 años. Política, médica y expresidente de un país. Para cuestionarla tendría que tener fuertes argumentos. 

El caso es que ahora Bachelet vuelve a pronunciarse, esta vez en contra de las sanciones económicas. Ahora la oposición hace silencio y el chavismo, más estratégico, hace borrón y cuenta nueva y la  cita como ejemplo.

Sirva la lección a nuestros pichones de políticos para que entiendan que algunos pueden estar de acuerdo contigo en un tema y en desacuerdo en otro, y eso no le quita méritos.

Táctica y estrategia 

El gobierno cambia de estrategia: se retira del dialogo y se va para la calle. Comienza una contraofensiva. La eterna manía de subestimar al chavismo no cesa.

La oposición pareciera no estar en capacidad de dar respuesta a un gobierno en la calle en este momento. Esto hace que se repliegue.

Las sanciones unen al chavismo. La gran interrogante es ¿Qué une a la oposición? Todo el país está igual a Guárico. Una oposición fraccionada, molesta con sus líderes y que denuncia protagonismos innecesarios de estos.

Este sábado el chavismo marchó por las calles de San Juan, lo vimos como periodistas, analizamos y conversamos. El chavismo demuestra su capacidad de movilización. La oposición habla de montaje, autobuses, milicianos. Pero en política, lo que importa es número, qué tanto logra movilizar cada uno.

Oposición y gobierno convocaron sus últimas concentraciones dos días antes. Para ambos eventos asistieron personas y líderes de todo el estado.

Guaidó marchó un viernes por dos puntos claves: Mercado libre y Calle Páez. El chavismo concentró en la plaza Bolívar y  se fue a la Avenida Miranda.

Un alto dirigente de la oposición al consultarlo me dice: “Si la oposición tiene más gente que el chavismo porque  movilizamos menos cuando vino Guaidó”.

Esta interrogante corrobora lo anteriormente dicho: El chavismo se está uniendo y la oposición se está dividiendo cada día más, lo cual no significa que sus militantes se cansen, se desmovilicen o peor aún, se vayan al chavismo, ninguna de las tres.

Caso Wilmer Quintana

Dos notas hemos escrito sobre Wilmer Quintana García, detenido en Guárico acusado de presunta incitación al odio. Informamos su detención y luego su ingreso al hospital por un infarto. Un caso polémico y complejo, sobre este solo diré:

1 No comparto ni el estilo ni la forma como Quintana se expresó de algunas personas en las redes. Me distancio de eso y  no lo apruebo.

2 No soy amigo de Wilmer Quintana. Lo conozco y lo respeto.

3 Quienes se sintieron ofendidos por sus publicaciones tienen todo el derecho a acudir ante la ley. No satanizo ni cuestiono a quienes procedieron a defenderse.

4 No estoy de acuerdo con llamada “Ley contra el odio”, la considero innecesaria y peligrosa, la combatiré siempre y aspiro su derogación algún día.

5 Si Wilmer Quintana cometió alguna falta debió haber sido citado ante un tribunal y darle el derecho a la defensa.

6 No defiendo a Quintana porque no soy abogado, no apruebo lo que dijo, pero lo más sano es que sea juzgado en libertad. La aplicación de esta ley en su caso es un mal ejemplo en este momento

7 La falta de solidaridad hacia este por parte de los comunicadores sociales es porque algunos han argumentado que Quintana no es periodista. Yo no tengo pruebas de que lo sea, pero tampoco de que no lo sea.

8 Quintana tiene más de 20 años ejerciendo el periodismo. Lo he visto entrevistar alcaldes y gobernadores, trabajó en tres canales de televisión, asesoró políticos y dirigió un periódico. Si no es un “Licenciado en comunicación” como dicen algunos,  nadie puede negar que es un comunicador de la vieja escuela y un hombre de medios.

El Tubazo Digital / Orlando Medina Bencomo

 

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