Casi veinte días lleva Juan Guaidó fuera de Venezuela. Una gira excesivamente larga. Desde Colombia hasta Davos. Pasando por Gran Bretaña, Suiza, España, Francia, Canada y los Estados Unidos.
No se debe analizar esta gira desde las pasiones. Ni desde ese mundo virtual de las redes sociales donde hoy algunos se “desatan”.
El número de países y lideres incluidos representa un buen punto, aunque algunos sean solo “simbólicos o mediáticos”.
Visitas como la realizada en Colombia no aportan nada. Duque tiene el agua al cuello, va en caída y sin paracaídas.
La visita a España fue la menos productiva, al no haber sido recibido por el presidente.
Guaidó tiene un grave problema y es la pobreza lexical. No se puede andar por el mundo repitiendo consignas y mantras. Eso queda para la política local. Escenarios como el Foro de Davos son solo espacios económicos. Quienes allí estaban solo tienen intereses “comerciales”.
Aun cuando pretendan venderlo como un Obama latino, su discurso es tan malo como el de Maduro.
La gira comenzó con alboroto, cayó con la situación de España y se desinfló con los encuentros con líderes que no tienen impacto comunicacional.
Trump el resucitador
El encuentro con Trump revivió la gira. Ver a demócratas y republicanos aplaudir a Guaidó es un logro. Ambos bandos enfrentados, más que su apoyo a Guaidó, lo que los une, es su odio a Maduro.
Durante la ausencia de Guaidó pasó lo mismo que cuando él estaba: NADA. Si esto es así, hoy algunos se están preguntando: ¿Para qué sirvió la gira?
Númeritos
Los números y la dinámica indican que Maduro esta más fuerte que hace algunos meses. Seria una ilusión pensar que la gira de Guaidó va a debilitar a Maduro.
De toda la gira, lo único significativo y noticioso fue el desplante de España que se negó a recibirlo y el encuentro con Trump. Pero no nos llámenos a engaños, esto solo tiene una carga emocional lo cual no se traduce en ningún avance.
Batalla perdida
La batalla en las redes sociales solo sirve para drenar. Las redes sociales son el psicólogo y confesionario de los opositores. Pero ese mundo es virtual y la realidad en la calle es otra.
La gira sirvió para renovar el salvo conducto de Guaidó. Regresa con un aura y una “inmunidad”.
Guaidó y Maduro, ambos parecer ser “Juan” el personaje de “El diente roto” de Pedro Emilio Coll. Los dos se creen genios y los dos son vistos como eso, por algunos de sus seguidores.
Dilema
El problema es que mientras Guaidó no duerme pensando en cómo salir de Maduro, la oposición tampoco duerme pensando en cómo no perder la Asamblea Nacional.
Elecciones
Las elecciones de la Asamblea Nacional son una carta bajo la manga. Saldrán cuando llegue el momento clave.
El gobierno sabe que las perdería con una oposición unida. Pero también sabe que la primera batalla, es para lograr que esta no vaya unida. Esa batalla comenzó hace mucho tiempo.
Gran parte de la oposición coincide en que se debe participar, aun con un escenario como el actual.
Solo quedan 11 meses para terminar el periodo legal de la AN. Ya no tiene sentido oponerse a estas elecciones.
Mientras esto ocurre, la otra oposición coge fuerza y se moviliza por el país. Esta semana vimos a un Luis Parra en un acto de calle en Anzoátegui. Partidos como Avanzada Progresista y El Mas, junto a voceros como Claudio Fermin y Juan Barreto comienzan a sonar, ante el silencio de los otros.
Invasión
El tema de la intervención militar se agotó y se descartó desde hace mucho tiempo. El mismo Ramos Allup ha cuestionado que se plantee.
Sorprende ver al número de opositores que se “excitan” planteando un bombardeo o una intervención.
Jamás había visto un sector político tan desfasado. Incluso, algunos, para justificar la invasión la llaman “intervención” y aseguran que son dos cosas diferentes.
Analistas de panaderías
Es de suponer que todos aquellos que llaman a una “intervención extranjera” apludirán esa acción y tomarán partido. Es decir, no serán neutrales. Si esto es así, estarán del lado de tropas extranjeras.
Visto este escenario, me cuesta decirlo: se convertirán en enemigos ante los ojos de quienes adversen la invasión.
En todo caso, no vale la pena dedicar muchas líneas a esto. La invasión extranjera solo ocurre en las redes sociales y no va mas allá de los analistas de panaderías y radicales con sus familia fuera del país.
Culpables
Rodarán cabezas dentro del gobierno. Se buscan culpables que se sacrifiquen y asuman el desastre. Pdvsa y su ministro serán noticia.
Cinco realidades
Una Asamblea Nacional Constituyente aprobando leyes económicas que no conocen.
Un presidente denunciado mafia y corrupción en Pdvsa .
Alcaldes haciendo fiestas y corridas de toros.
Colapso de los servicios públicos. Ya es normal “un apagón”.
Un Psuv que lo menos que parece es a un partido socialista.
Orlando Medina Bencomo / El Tubazo Digital