Pirro, era un general que se convirtió en Rey de Epiro. Pirro es vocablo griego que se traduce en Rubio o de pelo rojo.
Era llamado por sus soldados como “El Aguila” para resaltar sus habilidades y su fiereza en el combate.
¡Pirro vive, la lucha sigue! parecieran expresar entre consignas y arengas algunos pelirojos rojitos y otros opositores multicolores.
“Águila no caza mosca” dicen, mientras las moscas aumentan y el águila pierde plumaje.
Entre los mejores
Pirro era como muchos líderes políticos de hoy. Ganaba batallas perdiendo soldados. Hoy ganan elecciones perdiendo poder y espacios.
Por lo menos, Pirro se enfrentaba a los romanos, un imperio, y con ejércitos semejantes y poderosos se daba la batalla.
En estos tiempos electorales, los vencedores le deben su triunfo a la debilidad, desunión o poco carisma de los vencidos.
Arsenal
Pirro comandaba un ejército apertrechado y demoledor: 20 elefantes, 3.000 caballos, 2.000 arqueros, 500 honderos y 20.000 soldados.
Hoy rojos, blancos y azules llevaron la batalla al campo virtual y al dinero circulante. Ya no hay ejército, solo un club de amigos y seguidores.
Diálogo
Narran los cronistas de esa época que los romanos plantearon un dialogo con Pirro, pero este último, siempre prefería la confrontación y el combate.
La batalla y el sueño de pulverizar al oponente siempre están en la mente de nuestros dignos representantes del folclor político.
Mientras muchos piden el entendimiento, la sindéresis, el crecimiento económico y una ciudad limpia. Los candidatos se enfrascan en la retórica y el discurso del pasado.
Como Pirro, pretenden sacar el hacha de guerra y el cavernícola salvaje que llevan dentro. Ya no en un campo de batalla. Como niños de barrio, se baten a duelo verbal en grupos de whatsapp. Cambiaron las flechas por insultos y los caballos por un teléfono.
Vencer perdiendo
Aseguran que Pirro perdió 4 mil hombres en su primera derrota y en cada batalla las pérdidas eran muy altas.
Es como lanzarse a una campaña, gastar millones de dinero, invertir en transporte, alimentos y pagos, para al final, solo movilizar un pequeño número y obtener un triunfo cuestionado y cerrado.
El origen de la frase
Aseguran los textos que luego de un cruento combate Pirro habría dicho: “Si vencemos a los romanos en otra batalla como esta, moriremos sin remedio”.
En otros textos se lee la frase: “Si seguimos peleado así, voy a regresar solo a mi casa”. Esta historia dio origen a la expresión: “Victoria pírrica”.
La mujer de pirro
Pirro ganaba batallas perdiendo respaldo y hombres. Demetrio, un autoproclamado rey le robó a Pirro la mujer.
Los autoproclamados siempre se roban algo, hasta una empresa o propiedades de los sustituidos.
Lanasa, era la mujer de Pirro, luego de jurarle amor se fugó con Demetrio, desde entonces, otro enemigo de su esposo.
En política también se jura amor y lealtad. Miles se sienten traicionados y olvidados o excluidos. Y como Lanasa, abandonan a su amor y caen en brazos de otra oferta que consideren mejor.
Elecciones del 21N
¿Quién ganó y quién perdió? es la interrogantes simplista que algunos se plantean.
La misma noche de las elecciones el Psuv salió a decir que había “arrasado”. Como Pirro, levantaban la bandera roja mientras en el campo de batalla se podían observar cadáveres y heridos.
Una victoria es aquella que se considera innegable e incuestionable, en donde con esfuerzo me impongo con la menor pérdida.
El Psuv pretende hacer creer que ganó por tener más gobernadores, alcaldes, legisladores y concejales electos.
Visto desde ese punto, si ganó. El detalle está en las perdidas, la merma de su votación y los porcentajes tan estrechos.
La oposición también se declara ganadora y celebra su triunfo, pues logró espacios que antes no tenía, aunque perdió espacios que antes si tenía.
Guárico
Con victorias pírricas es ilógico hablar de triunfos avasallantes. Ahora todos pretenden aplicar el principio de la exageración, dictado por Joseph Goebbels.
En Guárico el Psuv mantuvo la gobernación, pero perdió 7 alcaldías, 3 Legisladores y un buen número de concejales. ¿Quién ganó y quién perdió aquí?
En Roscio, la Alianza Democrática y el Psuv terminaron con una votación muy cerrada: ninguno aplastó al otro. Peor aún, la fórmula ganadora de la alcaldía de Roscio, solo pudo obtener dos concejales. Victoria pírrica.
La oposición no fue capaz de unirse y presentar alianza perfecta, aun hoy, después de las elecciones, continuan atacándose entre ellos.
Quién crea que derrotó al otro y lo sentenció a muerte política está equivocado. En política nada está escrito. Recomposición y reunificación puede haber en gobierno y oposición.
Preguntas
¿Cómo es que el Psuv juramenta cámaras municipales y alcaldes en otros municipios y en Roscio inventa un pretexto?
¿Quién es el jefe o jefa político de los concejales de Roscio que les ordenó no juramentar a la alcaldesa Sulme Ávila?
¿Quién ordenó al Dgcim ese torpe procedimiento de ingresar a la alcaldía de Roscio buscando una jueza y llevándose a una joven que nada tenía que ver?
¿Cómo es que César Gómez, un joven líder y considerado, según el Psuv, “el mejor” alcalde, fue barrido con el margen mayor por una mujer que ya fue alcalde cuando Gómez era un niño?
¿A dónde se fueron casi 90 mil votos que el gobernador Vásquez obtuvo en 2017 y ahora no se manifestaron?
¿Qué papel jugarán ahora los 15 alcaldes Psuvistas que entregaron sus cargos, y que varios están siendo señalados como responsables de la derrota del psuv?
¿Por qué si el gobernador reelecto José Vásquez reconoció públicamente y ante los medios, el triunfo de la oposición en 7 alcaldías, los candidatos a la gobernación por la oposición no lo han reconocido a él, en la misma dimensión?
DATO:
Los cuatro gobernadores opositores que ganaron en 2017 Laidy Gómez, en Táchira; Alfredo Díaz, en Nueva Esparta; Antonio Barreto, en Anzoátegui; y Ramón Gutiérrez, en Mérida, no lograron reelegirse.
Orlando Medina Bencomo / El Tubazo Digital
