Los Tubazos del Domingo / Yo, el eterno “desenfocado”

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SunTzu en “El arte de la Guerra” recomiendan enfocarse y saber definir quién es el enemigo: “Conoce tu enemigo y conócete a ti mismo” principios para una batalla, también aplicables en política. Nunca olvido las conversas con Carlos Iriarte, dirigente Nacional del PPT quien ante la crítica implacable que le realizaba este respondía: “Algunos ven el árbol, yo veo el bosque”.

De esta manera Iriarte explicaba con una frase, que el problema no era un hombre sino, que había que ver cómo funcionaba todo un sistema, ese era el bosque. Hoy el desenfoque pareciera reinar en la política y se convierte en enemigo al más débil. Al que incluso, es también víctima y excluido.

Desenfocados están los que cuestionan a los maestros que hoy siguen cumpliendo su apostolado en las escuelas. Es increíble que pretendan sepultar vivo a quien bajo el principio de Simón Rodríguez decidió no abandonar a sus estudiantes, pues entendió que la crisis que golpea al maestro también golpea al estudiante. Hoy más que nunca se requiere el maestro como líder y guía.

Desenfocados son los que se burlan y pretenden humillar al miliciano. El hombre y mujer que decidió vestir de verde o beige. La milicia, antes reserva, siempre fue respetada. Incluso, en el pasado, médicos e ingenieros hacían el proceso de “Asimilación” para ingresar al ejército. El miliciano no es el enemigo.

Desenfocados políticos quienes en su discurso diario incluyen a Chávez como “responsable” de la actual situación. Chávez está muerto, es un debate inútil. Tan desenfocado como si culpáramos a CAP de los males de la IV. Esta forma de hacer política ha hecho imposible que chavistas descontentos  que abandonaron el Psuv, se incorporen a la oposición. El discurso los espanta. Declararle la guerra al “comunismo, socialismo, chavismo, exchavistas, cubanos” entre otros, es simplemente, abrir frentes de guerra innecesarios. Así no se enamora a nadie, así no se suma.

Desenfoque doble y  triple se expresa entre aquellos que invierten su tiempo cuestionando al chavista, al opositor y a los exchavistas ahora en oposición. Mientras el gobierno pone la torta y hay suficiente elementos para cuestionarlo. En las filas de la oposición pretenden que lideres como Jesús Cepeda o Claudio Fermín no hablen.

Desenfocado esta el discurso de los lideres chavistas: “La guerra económica, el imperialismo, el bloqueo, los apátridas, los traidores”. Este lenguaje ya no cala, desde hace mucho tiempo el discurso se agotó. Urge construir una nueva pedagogía política en donde uno logre ser escuchado por el otro a pesar de las diferencias.

Desenfocados seguimos cuando cuestionamos a los egresados de la Universidad Bolivariana y a los Médicos Integrales Comunitarios. Que alguien les diga a los “analistas” que entre los cuestionados egresados, muchos y tal vez la mayoría, simpatizan por un cambio en el país.

Desenfoque total es el que se expresa cuando desde el gobierno tildan a todo opositor de traidor y apátrida. El mismo desenfoque cuando desde la oposición generalizan y etiquetan de “borrego y foca” a todo militante camisa roja.

Desenfocado estoy cuando la intolerancia me come y entre mi lista de amigos no figura ninguno que milite en el lado contrario. Desenfoque neuronal que no me permite enumerar a 5 políticos contrarios como brillantes o valiosos. Desenfoque histórico sufren quienes pretenden construir una nueva Venezuela eliminando al contrario.

Desenfoque militar padecen quienes ruegan para que un extranjero venga a su casa a resolver lo que el criollo no ha sido capaz de hacer. El desenfoque es tan patético que un día atacamos al militar y el otro día le pedimos que nos “libere”. Tan desenfocado andamos, que cualquiera que grite “Abajo el régimen” se convierte en “líder” sin saber quién es y de dónde viene.

Desenfocados andamos y se nos va la vida criticando al que se fue del país y al que se quedó. Mientras la economía va en picada nosotros pretendemos linchar al psuvista o adeco que practica la militancia partidista. Destrozamos al que sacó carnet y al que no. Humillamos al que reclama su bono y  pisamos al que con su hijo pasando hambre protesta por su caja clap.  El país se derrumba y perdemos horas en eso lo que Paulo coelho denomina “El combate estéril”.

El Tubazo Digital / Orlando Medina Bencomo 

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