San Juan de los Morros.- La Economía arrincona al Gobierno. Los dos aspectos básicos del problema económico macro que venimos confrontando, la depreflación, están erosionando, sin discusión, la calidad de vida de la población en general. Uno de estos, la inflación (2600%), provocada por los borbollones de bolívares inorgánicos lanzados por Maduro a la circulación monetaria (Bs 136 billones), derrite diariamente el ingreso real de los venezolanos, es decir, entre las mochilas donde nuevamente caleteamos la comida, cada vez llevamos menos cantidad de bienes a nuestros hogares. El otro, la depresión, generada también por el oficialismo al provocar la caída en la inversión y el empleo, por sus constantes atropellos al sector privado, ha conducido a una disminución consecutiva durante los últimos tres años del PIB(menos 33%), generando con ello la escasez de bienes y servicios que igualmente está afectando a todos los consumidores.
Estos dos componentes de la depreflación son los que nos vienen empujando por el camino de la miseria, el hambre y la pobreza (82%). Ahora bien, lo grave de esta situación es que el Gobierno no reconoce su responsabilidad en la aceleración de estas dificultades, pues, por un lado, el crecimiento de los precios se lo atribuye a la especulación, y por el otro, la escasez de productos se lo imputa al acaparamiento, lo cual nos indica que Maduro y sus eternos ministros aún permanecen anclados en la ficticia guerra económica, culpando al imperialismo y al capitalismo de estas dificultades que ellos han creado con sus erráticas políticas económicas.
Es más, con la reciente prolongacion del decreto de Emergencia Económica y el empeño en mantener controles sobre los precios, ganancias, tasas de cambios y distribución de productos (clap), el Gobierno no asoma rectificación alguna; con ello más bien nos anuncia que la depreflación seguirá empobreciendo a los venezolanos.
En este difícil camino, donde el gobierno tiene un fuerte control institucional, y vamos a merced de la ilegitima ANC, sin ningún milímetro de confianza para las actividades económicas lícita, las medidas que continuamente anuncia en nada ayudan a la solución del problema planteado.Los quince motores, las nuevas reservas internacionales (Rublos, Yuan y Rupias) y el arco minero,con que supuestamente iban a reactivar la economía están desapareciendo de los discursos oficiales.
Definitivamente, ante este régimen empecinado en profundizar sus controles y su represión, a los fines de continuar gobernando, para terminar de consolidar su estatismo cubano de hambre y pobreza, y frente a sus locuras económicas solo queda abrirle las puertas a la POLITICA como el arte que puede diseñar las estrategias para lograr los cambios posibles.
Colocados en este campo, y frente a una elección presidencial a pocos meses, no podemos seguir mirando hacia posturas que nos han llevado a multiples derrotas, como lo son el inmediatismo y el abstencionismo. La oposición tiene que superar sus errores y la división que nos ha venido afectando a propósito de las últimas derrotas electorales. No podemos continuar con una parte de la oposición sacando pasaportes para largarse del país, con otra tajada cruzada de brazos esperando que alguien traiga la solución y un sector de la misma peleando contra la propia oposición, pues ello significaría regalarle también las elecciones presidenciales a Maduro, tal y como ocurrió con las de gobernadores y las municipales.
La oposición tiene que casarse sin titubeos con la ruta pacífica y electoral, pues en ese escenario logramos vencer a Chávez durante la reforma Constitucional (2007) y a Maduro en las parlamentarias(2015). Hoy nos sale promover una amplia alianza de partidos y de organizaciones de la sociedad civil para que salgan a encontrarse con ese descontento de más del 80%,que la depreflación ha producido entre los venezolanos.
El régimen a pesar de la compra de votos se mantiene estancado en un 30% del electorado, y si frente a esta realidad la oposición logra alcanzar la votación obtenida para las parlamentarias (2015) recuperaremos sin duda la democracia y la libertad. Tenemos que impulsar la lucha por mejorar las condiciones electorales pero sin renunciar a nuestro derecho al voto, y sin refugiarse en el absurdo abstencionismo electoral, pues como bien lo afirma F.MIRES:
“no se conoce en la historia ningún caso en que una dictadura haya sido derrotada mediante abstención electoral”
Debemos presentar de inmediato un candidato presidencial único y unitario, asi como un programa mínimo que apunte hacia mejores condiciones de salud, seguridad y alimentación de nuestro población. En síntesis nos sale levantar una política que emocione y movilice a la mayoría de los venezolanos a los fines de lograr un destino mejor para nuestro pueblo.