El gobierno, para atravesar este año electoral, resolvió no efectuar la reconversión monetaria que venía acariciando.
Por lo que, para calmar la escasez de efectivo decidió colocar en circulación tres tipos de billetes, y en el alumbramiento los billetes de 200 mil y de 500 mil nacieron muertos, pues quienes analizan la medida solo se refieren al billete de 1 millón.
En efecto, los mencionados billetes, ante los constantes aumentos de los precios de los bienes y servicios y los bajos salarios que imperan en Venezuela, en nada ayudarán a destrancar la parálisis existente en la actividad comercial, la depreciación constante del bolívar y la pobreza a que conlleva esta situación.
Por ahora, las loas al Petro y al bolívar digital quedarán para el próximo año. Seguiremos operando con dólares, gramas, pesos, euros, petros, reales, bolívares y trueques, más con el dinero comunal que en algunas zonas del país han creado grupos afectos al gobierno.
Hoy tenemos un gran desorden monetario, frente a una hiperinflacion que internamente deprecia todo tipo de dinero.
Veamos un ejemplo. El año pasado, para esta época, con 1 dólar comprábamos un kilogramo de queso llanero, pero hoy se necesitan 2 dólares para comprar la misma cantidad de queso.
Es decir, fuera del país el dólar mantiene su capacidad de compra, pero internamente la hiperinflacion achica su poder adquisitivo, sobre todo cuando la tasa de cambio se ha medio estabilizado, como ha ocurrido en el primer trimestre del presente año.
El gobierno sabe que la hiperinflacion no es inducida, y que ésta tiene sus causas en problemas de nuestra economía. Entre otros: las constantes caídas del PIB, la perenne devaluación del bolívar y el uso de dinero inorgánico para financiar el déficit fiscal.
El gobierno le ha estado dando vueltas a este asunto, asoma la nariz pero no termina de dar el paso.
Hasta ahora, no se ha atrevido a armar un plan que, entre otras medidas, coloque al frente el estímulo del beneficio, reprivatizando la economía como medida central para lograr el crecimiento económico, y con ello la superación de la hiperinflacion y la estabilización del dinero.
