Abstenerse es la nada. Es olvidarse de la política. Es no trabajar para derrotar al régimen. Es rendirse. Es entregar posiciones de poder sin plantear batalla.
Es no luchar. No votar, simplemente, es hacer lo que el adversario quiere que hagamos; que le regalemos la AN.
Negarse a votar, porque no están presentes todas las condiciones electorales que ofrecen los gobiernos civilizados es pedirle a Maduro que se transforme en un demócrata.
En este régimen dónde no se respeta la constitución algunas condiciones sólo se alcanzarán participando, y negociando durante todo el proceso electoral.
Quienes realmente no crean en soluciones mágicas, y quieran continuar con presencia en el principal foro político no pueden acostarse a lamentarse que no existen condiciones, pues esas se conquistan luchando como lo hicimos en el 2015.
No podemos tropezarnos con la piedra del 2005. Esa experiencia nos enseñó que abstenerse es permitirle al gobierno que controle la AN, y pueda despacharse y darse el vuelto en el manejo de la cosa pública.
Regalarle al gobierno la AN es habilitarlo para que nos endeude, y entregue nuestras riquezas a otros países sin que haya control.
Repetir el 2005 es permitirle a Maduro que controle los demás poderes públicos nacionales, es decir, que nombre el TSJ, el CNE y el Poder Moral (Fiscalía,Contraloría y Defensoria), sin que haya presencia de la oposición.
Ser militante de la abstención cuando las rutas a las cuales pudiera servirle son mágicas (Elliott Abrams dixit) es continuar dándole cabezazos a las paredes.
De los ruidos de invasiones extranjeras, golpes de estados e insurrecciones populares sólo quedan cuentos. Y hoy, las sanciones afectan más al pueblo que a Maduro.
Por eso, la abstención es entregar en paz la AN, en nombre de prolongar un mandato en el exterior de un supuesto “gobierno ” que se iría extinguiendo lentamente.
Mientras que votar, ganando o perdiendo la AN, significa acumular fuerzas para la lucha social, para conquistar colinas de poder durante las elecciones del 2021 y conformar una estrategia unitaria hacia las elecciones presidenciales del 2024, que nos permita derrotar a este régimen autocrático. ¡No más inmediatismo!.
*Economista y político guariqueño