Máximo Blanco / Política cambiaria (VIII)

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1.- Como los países tienen monedas diferentes, cuya importancia la determinan las fuerzas de sus economías, los gobiernos se ven obligados a tener tasas de cambios de sus monedas, para poder efectuar entre ellos transacciones económicas. Y los niveles de estos tipos de cambios, en última instancia, son determinados por el mercado cambiario, el nivel de las reservas internacionales y las tasas de inflaciones internas y externas de sus socios comerciales.

En este escenario de intercambios, las monedas de los países desarrollados son las más utilizadas para los pagos internacionales, y se les conoce como divisas, las cuales son obtenidas por los gobiernos y los particulares a través de las exportaciones de bienes y servicios, las inversiones que realizan las empresas extranjeras, las remesas que envían los nacionales que trabajan en el exterior, las erogaciones que realizan los turistas en el país, los créditos que otorgan los organismos multilaterales y las ayudas financieras que entregan otros países.

2.- Por otra parte, las políticas cambiarias son utilizadas para: mantener el valor interno y externo de la moneda, sostener cierto nivel de las reservas internacionales, estimular las exportaciones, evitar sobrevaluaciones y subvaluaciones de la moneda, controlar las inflaciones y equilibrar la balanza de pagos. Y en virtud de ello, algunos autores ubican a las políticas cambiarias como instrumentos del comercio internacional, y otros las consideran como parte de las políticas monetarias debido a que cuidan el valor de las monedas.

3.- Ahora bien, para lograr, entre otros, esos objetivos, los gobiernos se sirven de tres tipos de cambios: tasas de cambios fijas, tasas de cambios flexibles y tasas de bandas flotantes .

El tipo de cambio fijo lo decreta el gobierno, y a veces establece diferentes precios para las divisas por tipos de mercancías. El valor de las tasas de cambio flexibles lo determina el mercado de divisas. Y el sistema de bandas flotante lo diseña el gobierno, estableciendo bandas máximas y mínimas entre las que se permiten fluctuaciones de las tasas de cambio.

No obstante, como el mercado cambiario es dinámico, los gobiernos modifican con frecuencia los tipos de cambios y estas alteraciones deben ser apoyadas por políticas monetarias y fiscales para aproximarse al equilibrio de la actividad económica.

4.- Para apreciar este tema – complejo- imaginemos que un país cualquiera confronta una sobrevaluación de su moneda; fenómeno que se produce cuando las tasas de la inflación interna son mayores que los aumentos de los precios externos.

Situación que beneficia a los importadores nacionales porque estarían comprando divisas por debajo del precio de equilibrio y perjudicaría a sus empresarios, al no poder competir con los productos importados.

Sin embargo, si el gobierno del país en consideración decide devaluar la moneda para eliminar la sobrevaluación, lograría, por un lado, una disminución de las importaciones debido a que los importadores tendrían que pagar más para comprar las divisas y ,por el otro, se generaría un aumento de las exportaciones del referido país, al lograr que las divisas en poder de sus socios se transformen en más monedas nacionales, situación que estimularía la demanda de los productos nacionales por parte de esos mercados internacionales.

5.- Pero, esta película económica puede resultar más larga, pues los aumentos de las exportaciones y la caída de las importaciones pueden generar en ese país un superávit en la balanza comercial, y el impacto de este superávit más los efectos de la devaluación de la moneda pudieran acelerar la inflación interna, si no se aplican políticas monetarias y fiscales que atenúen el consumo, el gasto público y la inversión, a los fines de disminuir las presiones sobre los precios.

Es más, también afectaría el nivel de la deuda pública externa, porque se necesitarán más monedas para adquirir las divisas con las cuales cancelar esa deuda.

Y de la misma manera afectará el poder adquisitivo de los consumidores y frenará el ahorro, pues la inflación disminuiría la confianza en la moneda nacional.

6.- No obstante, si ese país confrontara una subvaluaciòn y realizará una revaluación de la moneda los efectos serían opuestos, es decir, se reducirían las exportaciones, aumentarían las importaciones, se generaría un déficit de la balanza comercial, se amainaría la inflación y se abarataría la deuda externa.

Esta “cadena de causalidad económica” que generan las políticas cambiarias ocurre porque el sector externo forma parte de la conocida ecuación de la demanda global de la economía, que está conformada por: demanda global (Dg), el consumo (C), la inversión (I), los gastos del gobierno (G) y por la diferencia entre las exportaciones (X) y las importaciones (M), es decir, Dg=C + I + G ,+ (X- M), y el movimiento de esas variables, en opinión de John Maynard Keynes, motorizan la economía.

Máximo Blanco / Economista y analista político

(Próxima nota: política económica exterior y sectorial).

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