El modelo estatista que ha impuesto el presente gobierno nacional cerró muchas empresas y frenó la inversión en el país.
Ello ha provocado una caída del 80% en el PIB; una hiperinflacion del 5000 %;, ha disminuido a un promedio de 3$ el salario mínimo.
Esos problemas económicos son los responsables del 96% de la pobreza que hoy afecta a los venezolanos, causantes de nuestra pésima calidad de vida.
La superación de estas dificultades ha generado discusiones, en el Polo Patriótico, entre los que levantan el modelo chino y quienes siguen atados a experiencias marxistas.
El peso de las corrientes estatistas no han permitido un programa para reactivar la economía.
Maduro, con frecuencia, ofrece la recuperación, pero no arma un plan global para frenar la depresión, y provocar el arranque de la economía.
Maduro promovió la Ley Antibloqueo, la cual tiene un capítulo destinado a estimular la inversión. Creó las Zonas Especiales bajo la misma óptica.
Anunció la sustitución de importaciones buscando igual propósito y la propuesta de la Ley de Compras Nacionales lleva el mismo camino.
Sin embargo, hasta ahora, no han despertado el interés para el despegue económico que anuncia con regularidad.
Las fallas de estas iniciativas es que los anuncios se realizan esporádicamente, sin concertación con los agentes económicos, y no encajados en un programa, cuya premisa fundamental, para estimular la inversión interna y externa, sea una que genere la confianza en que habrá rentabilidad y recuperación total del capital invertido.
Sin dudas, para despegar en su proyecto chino, el gobierno debe garantizar seguridad jurídica para crear la expectativa favorable hacia la inversión.
Anunciar la reprivatización de las empresas expropiadas que producen perdidas.Tomar medidas fiscales, monetarias y cambiarias que estabilicen los precios.
Brindar autonomía al BCV; y lograr un acuerdo político con USA que produzca la suspensión de las sanciones económicas.
Máximo Blanco / Economista guariqueño