Maduro fue a presentar su memoria y cuenta ante la Asamblea Nacional y echó sólo cuentos.
De las cuatro horas que habló, una la consumió narrando la historia de la pandemia; otra la despilfarró contándonos las equivocaciones políticas de los amigos del G4. La tercera la utilizó para responsabilizar a las sanciones de todos los problemas económicos-sociales que confrontamos. Y una hora se llevó recordando a Chávez y repitiendo consignas políticas de su revolución trasnochada.
Acerca de su gestión y sobre temas de interés para la vida de los venezolanos habló poco y superficialmente. Veamos algunos de sus telegramas.
1.- De la deuda externa informó que desde el 2013 al 2017 había cancelado, entre interés y capital, 109.619 millones de dólares. Y que estaba dispuesto a pagar las deudas vencidas, siempre y cuando fueran suspendidas las sanciones que bloquean las actividades económicas.
2,- señaló que durante el 2020 habían construido 400 mil viviendas. Sobre este aspecto nos gustaría saber dónde fueron construidas, porque estas son obras de impacto, que no logramos ver.
3.- Sobre los sueldos y salarios simplemente expresó que eran bajos y que había que debatir sobre ello para mejorarlos. Y agregó que con el reparto de bonos había compensado esta debilidad.
4.– El presidente nos contó una de vaqueros, al señalar que la pobreza relativa de Venezuela era del 17% y la pobreza extrema del 4%, cuando todo el país conoce que la encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) ubica al 96% de la población en el campo de la pobreza por ingreso y al 79% en pobreza extrema.
5.- Afirmó que se sentía orgulloso de haber llegado al 2021 teniendo una patria libre del imperialismo norteamericano, pero la verdadera es que los venezolanos sabemos que hoy tenemos un país dependiente de Cuba, Rusia, China e Irán. En esta materia salimos de Guatemala para caer en guatepeor.
6.- Hoy cuando estamos con el agua al cuello se acordó del Esequibo. Estuvo siete años como ministro de Relaciones Exteriores de Chávez y nada hizo por el tema.
7.- Registró la escasez de electricidad, gas y gasolina, exonerando al gobierno de responsabilidades. Y prometió resolver estas dificultades en los próximos años.
Fue un discurso cansón, donde muchos diputados se echaron su sueñito, y Maduro nos confirmó lo que sabemos: que vamos de mal hacia peor.