Morelva León: Cuando la vocación se enfrenta a la necesidad

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Caracas.- Hace cinco años Morelva León arribó a la escuela Armando Reveron en Turgua, a 40 kilómetros de Caracas, con la ilusión de ayudar a los niños del colegio rural. Ella era profesora suplente en esos tiempos y vivió en primera persona el intenso y dramático deterioro de la situación social en esa zona.

La arrasadora crisis económica que padece Venezuela desde hace años provocó una fuga masiva de maestros que la tiene hoy como una de las pocas referentes dentro de la escuela. Eligió quedarse a pesar de todo, aunque la apuesta no es fácil.

Trabajé dos días sin comer y sólo tomé un vaso de agua con azúcar“, relató entre lágrimas, y explicó que el sueldo que recibe no le alcanza para comer todos los días.

Afirmó además que tiene muchos problemas para poder comprar los productos ya que no todos los días se puede ir a comprar ya que por su trabajo no tiene tiempo para presentarse a las largas colas que demandan varias horas de espera.

El jueves llegó la harina y el viernes a mí no me toca, me toca el martes. Encima no me puedo dar el lujo de hacer una cola porque no tengo la paciencia para pararme tan temprano, mi trabajo no me lo permite“, explicó la educadora que pide ayuda para poder continuar con su trabajo.

Ante una inflación que, según estimaciones privadas alcanzó el 3000 por ciento y que sólo en diciembre fue de 98, simplemente el dinero que cobra como directora y profesora de la escuela rural, no le alcanza. Morelva explicó que hay días que depende de la ayuda de los demás: “La he visto negra, pero la secretaria me regaló medio kilo de harina hace poco, porque me escuchó diciendo que no tenía nada“.

“Cobro como quincena 268 bolívares, lo que me alcanzó para comprar medio cartón de huevos, cuatro papas y cuatro plátanos. Ahora no tengo para el pasaje y gasto 15 bolívares para llegar hasta a esta escuela y salir de acá”.

De todos modos, ella asegura que no se arrepiente de su decisión: “Lo hice con mucho orgullo porque encontré que esta es mi vocación”. Aunque reconoce que el éxodo causado por la crisis afecta muy fuerte a la educación: “Muchos profesionales, en especial en docencia, se van y renuncian (…) Los que se están quedando de maestros es por ética profesional”.

Hago todo por estos chicos. Si fuera por mí ya me hubiese ido pero la idiosincrasia de estos chicos es de respeto y no quiero abandonarlos“, señala convencida y concluye su testimonio con un llamado desesperado a los estudiantes de la localidad de Turgua, pidiéndoles que “vengan, lleguen y ayúdenme. Compartan conmigo, porque lo que estos chicos necesitan es cariño al 100%“.

 

Fuente

El Nacional

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