Maturín.- La emergencia del hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar colapsó este domingo y su situación quedó al descubierto una vez más cuando un motorizado herido en un accidente de tránsito tuvo que ser atendido en el piso porque no había camillas ni sillas de ruedas y la sala de trauma shock no disponía de espacio.
Rodolfo Bolívar (36) es moto taxista y en la avenida principal de Fundemos, parroquia Los Godos de Maturín, el conductor de un vehículo lo chocó. Lo ingresaron al centro asistencial, donde pasó dos horas tirado en el suelo porque no había ni una silla de plástico para sentarlo.
La familia denunció las deplorables condiciones en las cuales se encuentra el principal centro asistencial de Monagas, donde además son atendidos los traslados de estados como Anzoátegui, Sucre y Bolívar.
Los allegados indicaron que el suelo de la emergencia no estaba limpio y la herida abierta de la pierna izquierda podía infectarse. Además, mencionaron que el olor desagradable en el servicio hacía más insoportable la espera.
Juana Castro, familiar de otro paciente, aprovechó para denunciar que en la emergencia no hay camillas para subir a los pacientes que llegan en vehículos particulares. “A mi mamá tuvieron que cargarla mis hijos, porque aquí no había ni siquiera una silla plegable para llevarla hasta la emergencia”, dijo.
Castro señaló que son pocos los enfermos que logran entrar en una camilla o aquellos que consiguen una silla de plástico en la sala de trauma shock; pidió a las autoridades gubernamentales mejorar las condiciones del centro asistencial.
El personal médico calcula que ocho de cada diez pacientes que llegan al hospital Núñez Tovar lo hacen en brazos de algún familiar, caminando o en una silla de plástico de esas que cualquier camillero puede conseguir en los pasillos.
Además, insisten en que la falta de insumos básicos como algodón, gasas e inyectadoras, entre otros, se agudiza cada día más. La ausencia de antibióticos es otro tema que les preocupa a los médicos.
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