San Juan de los Morros.- El cronista emérito de Roscio, Argenis Ranuárez Angarita informó este martes el fallecimiento de uno de los médicos más apreciados en la capital guariqueña, se trata de Giovanni Vermiglio.
El Tubazo Digital ofrece aquí el texto completo escrito por el abogado y periodista Argenis Ranuárez como un homenaje a este servidor.
“En Santiago de Chile cerró sus ojos el Doctor Giovanni Vermiglio, valiosa cifra de la medicina interna y de la hematología venezolanas, honesto, humilde y servicial, cuya partida constituye un duro golpe para sus familiares, amigos, pacientes, y para el Estado Guárico todo, donde se ganó aprecio y respeto. Un Caballero, un Médico de Pobres.
La mala nueva nos la dio al amanecer de ayer el Dr. Erik Pastor Laurent, común amigo del brillante médico hijo de inmigrantes italianos, una honorable familia dedicada al trabajo, cuyo padre Don Andrés, fundó la “Carnicería del Pueblo” en la Avenida Bolívar hace más de sesenta años.
Girolamo –Momo– fue nuestro condiscípulo en el Liceo Roscio a comienzos de los años sesenta, y Víctor, fallecido hace poco, también nos honró con su amistad.
Cuatro hijos dejó el doctor Vermiglio: Andrés, Rosa y Arturo -del primer matrimonio-, todos médicos. Andrés, otorrinolaringólogo; Rosa, internista y hematóloga; y Arturo Cardiólogo Pediatra. Andrés reside y ejerce en Caracas. Rosa y Arturo emigraron a Chile, donde ejercen la profesión en hospital Público y estudian para la reválida de sus títulos. Del segundo matrimonio tuvo a Rosa, licenciada en comunicación social.
El Doctor Vermiglio, nuestro amado maestro y amigo pasó la navidad en Chile con sus dos hijos y su yerno. Una vieja dolencia del sistema circulatorio obligó a una delicada intervención quirúrgica. En la sala de terapia intensiva falleció ayer en la madrugada.
Vermiglio ejerció el cargo de Director del Banco de Sangre del Hospital Doctor Israel Ranuárez Balza de esta ciudad hasta su jubilación, y fundó el Laboratorio “VERMILAB” en la planta baja de su residencia en la calle Ribas, donde tuvo también consultorio. Allí atendía por lo general gratuitamente, todos los días y a todas las horas a quienes solicitaban sus servicios. Nos consta la generosidad y el desprendimiento de quien practicaba exámenes especiales a pacientes del hospital donde por lo general no había los reactivos necesarios.
Nos duele en lo más hondo de nuestro ser la inesperada partida de este hombre excepcional con quien compartimos momentos estelares de nuestra vida, en su casa o en nuestro rancho, aprendiendo de su ciencia, de su personalidad, y disfrutando de viejas canciones de Italia y de Venezuela, con su acordeón que ahora queda mudo. Oportunidad, honor, honra e íntima alegría haberlo tenido tan cerca, tristeza profunda haberlo perdido.