Caracas.- Tamim bin Khalifa Al-Thani. Es el monarca árabe más joven del mundo desde que su padre Hamad bin Jalifa Al Thanile abdicara en 2013 para cederle el trono de Qatar, algo insólito hasta la fecha en la monarquía del golfo. Desde entonces, el Emir se propuso llevar a cabo una importante restructuración del país y otorgarle una nueva imagen a nivel internacional. Apasionado del deporte y en especial del fútbol, el jeque era consciente que el mejor tentáculo para abrazar occidente pasaba por potenciar el deporte dentro y fuera de sus fronteras.
Cuestión de estado
El Real Madrid se enfrenta sin duda al más difícil todavía en la operación Neymar. En realidad, ya no se trata de convencer al PSG y a su presidente Nasser al Khelaifi, al que le une con el jeque una gran amistad y su pasión por el deporte. Se trata ya de vencer a un Estado que tiene en Neymar su último y gran brazo armado a la hora de vender la imagen de Qatar en el mundo entero.
Neymar es la última y gran adquisición del jeque desde que en 2005 fundara Qatar Sports Investments, el fondo de inversión que se hizo con el 70% del PSG primero y con el total del club años después. Tamim mantiene unas excelentes relaciones con Europa, especialmente con Francia, y dejar escapar al crack brasileño ya no sería sólo una derrota deportiva, sino un fracaso diplomático que el jeque no está dispuesto a admitir. Neymar y un Mundial Tamim ya ha logrado que Catar sea la sede del Mundial de fútbol de 2022. Gran parte de su empeño está en potenciar el deporte, así que el PSG no es un juguete cualquiera, es un club diseñado para mandar en Europa y no va a ceder en su empeño.
Bajo su dirección, Catar ganó también el derecho a organizar el Campeonato Mundial de Natación de 2014. Es también miembro del Comité Olímpico Internacional y Presidente del Comité Olímpico Nacional. Dirigió además la candidatura de Doha para los Juegos Olímpicos de 2020. Poderoso imperio dueño de una fortuna valorada en unos 2.000 millones de euros, la cuestión del dinero para el jeque no le quita el sueño en el asunto Neymar. Por eso, los que viven de cerca el día a día del PSG, cuando escuchan que el club ya ha tasado al futbolista en 260 millones de euros no pueden más que reírse.
Saben además cómo se las gasta el jeque: Ni Verratti, ni Di María, ni el propio Cavani han conseguido marcharse cuando han visto una buena oportunidad, y ninguno de ellos ni representaban ni representan estratégicamente lo que significa ahora mismo Neymar para el Estado de Qatar.Gusto por España Tamim, a sus 37 años el monarca árabe más joven del mundo, le encanta el fútbol y le encanta España. Suele pasar unos días en Mallorca junto con sus tres esposas en uno de los yates más grandes del mundo, de 130 metros de eslora, y con 60 empleados dentro, valorado en unos 200 millones de euros. Un poco menos de lo que pagó al Barcelona por Neymar, que fueron 222 exactamente.
Gran embajador cuentan que su talento en las relaciones internacionales le viene de su madre, la segunda esposa de su padre, Mozah bint Nasser al Missned, exjequesa de Qatar, que ha participado activamente en la educación y la reforma social de Catar en los últimos años y que resultó clave en la sucesión en favor de su hijo Tamim.El jeque, entre otras propiedades, controla la cadena Al Jazeera y hace unos años fundó Bein Sports para dar más énfasis al deporte en su país a nivel nacional y mundial. La cadena se ha ido expandiendo por Europa y Estados Unidos.
Catar es uno de los países más ricos del mundo y cuenta con la tercera reserva mundial de gas natural. El Madrid se enfrenta por tanto a una situación nueva en su intento de traer a Neymar. Hasta hace unos años, el Madrid y el Barcelona marcaban el mercado. James fue la última adquisición millonaria del club blanco, que sabe que este obstáculo es mucho mayor. Para empezar, la cuestión tampoco es fácil para el propio Nasser al Khelaifi, que es quien al final rinde cuentas con el jeque. Sabe que la salida de Neymar podría costarle caro incluso a él, así que no esperen facilidades. Operación gigantesca alrededor de Neymar hay mucho trabajo por delante, tanto que quizá este año ya sea tarde. En París saben que no es posible retener a Neymar muchos años, pero dejan claro que por ahora, no hay nada que hacer. La próxima temporada, ya es otra historia. Esa es la visión que se tiene en el PSG, más allá de las pretensiones que puedan tener Neymar y su padre.
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