Oposición: es la hora del debate

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Caracas.- AD, según Henry Ramos Allup, se separa de la MUD por divergencias tácticas, al tiempo que reafirma su compromiso con la unidad de los sectores democráticos. Ya antes de la elección del 20M un grupo de organizaciones perfilaron con la candidatura de Henri Falcón una política al margen de la dirigencia única. Ahora lo que para algunos es un error y una demostración de sectarismo que se suma a la incertidumbre que registran las encuestas, habría que verlo más bien como un dato interesante para la recomposición de quienes se oponen al chavismo-madurismo y que contando teóricamente con el apoyo de la mayoría ella no se expresa aún en éxitos ni avances en los hechos.

Una situación que se vincula con la propia naturaleza del proceso que comenzó en 1998 con la victoria de Hugo Chávez, y que marcó más que la clásica alternancia de partidos una fractura que abrió nuevos e inéditos escenarios. El agotamiento del modelo “puntofijista” implicó naturalmente un grave desgaste de los partidos tradicionales y la victoria chavista no significó tampoco la emergencia o consolidación de nuevas propuestas partidistas sino que fue el producto de un ya advertido cambio histórico.

De esta manera la revolución bolivariana no podía asimilarse a la fortaleza de los partidos que la promovían (contrariamente esta se trataba de una sumatoria de factores minoritarios) y la respuesta al rumbo autoritario del régimen no sería conducido por agrupaciones en proceso de desgaste sino por estructuras espontáneas, sin mayor inserción social y más bien producto de la “vídeocracia”.

De allí que a lo largo de diecinueve años el juego político se haya simplificado entre chavismo y anti-chavismo, simplificación en la cual el régimen tiene la ventaja a través del manejo abusivo del poder y el creciente control de los espacios sociales. De esta manera la unidad no se construyó a partir del debate y la confrontación de ideas puntuales sino sujetas a un objetivo único, en este caso el cambio del modelo imperante.

Un objetivo válido que se puede mantener frente a ciertas circunstancias como los eventos electorales y las alianzas estratégicas, pero que no debería convertirse en una camisa de fuerza que oculta las diferencias legítimas, y que tampoco facilita la construcción de salidas creíbles y victoriosas. Cuando se constituyó la Junta Patriótica contra Pérez Jiménez y luego el Pacto de Punto Fijo para la gobernabilidad futura los partidos mantuvieron su perfil, el cuidado de sus propias visiones al margen de que se definiera un objetivo común.

Eso ocurrió también con la Concentración Chilena y con otros modelos de alianzas en procura de un objetivo preciso para lograr, el cual no es necesario que los partidos entierren los elementos de su propia identidad ni visiones discrepantes que alimentan más bien la definición de estrategias eficaces. Seguramente de ahora en adelante la oposición encontrará oxígeno en el debate de ideas y dispondrá de esta manera de mayor eficacia para alcanzar sus metas a corto y mediano plazo.
Ecuador, la patada histórica

La frase atribuida al dictador argentino Juan Manuel de Rosas se aplica a un caso recurrente en la historia de América Latina: cuando el alumno desconoce al maestro o el gobernante sucesor quiebra lanzas con su protector. En Venezuela son famosos los desencuentros de Bolívar y Páez: de Gómez con Castro, de Medina Angarita con López Contreras, de Betancourt con Carlos Andrés Pérez y Caldera con Herrera Campíns.

En los últimos años el célebre puntapié en el poder se ha puesto de moda en los países latinoamericano, siendo el más resaltante lo ocurrido en el 2010 cuando Juan Manuel Santos, resultó electo Presidente de Colombia en buena medida por su gestión como ministro de la Defensa en la lucha contra las guerrillas durante los gobiernos de Álvaro Uribe, y luego, en un giro de ciento ochenta grados, abrazara la bandera de la paz como negociador con los grupos de armas. Más recientemente en Panamá el actual mandatario Juan Carlos Valera esperó poco para una certera sacudida en el trasero de su promotor Ricardo Martinelli; Michel Temer siendo vicepresidente de Brasil elegido en la fórmula de la presidenta Dilma Rousseff ensayó sorpresivamente un toque de balón que la desalojó del poder.

En los últimos días Ecuador reproduce la famosa escena tragicómica continental: Lenín Moreno, vicepresidente de Rafael Correa, ganó la elección en 2017 en una polémica disputa con el aspirante Guillermo Lasso, en buena medida por el apoyo activo de Correa, quien gobernó durante diez años al frente de la llamada “Revolución Soberana”. La victoria de Moreno, quien se considera incluso más radical que el expresidente en digerir las recetas del chavismo, inició su gestión con graves acusaciones contra Correa, siendo la última su posible complicidad en el secuestro del dirigente Fernando Balda en Colombia.

En la última foto de la prensa Correa aparece silencioso a las puertas de inmigración en Bruselas (donde sigue estudios de postgrado) como solían hacerlo sus compatriotas obligados a los avatares de la diáspora. Seguramente el personaje nunca pensó que ello podría ocurrirle cuando sonriente saludaba a sus partidarios ante las puertas del balcón presidencial en Quito.

Revolución musical

Si algún hecho revolucionario ha ocurrido en Venezuela en las últimas décadas fue la fundación, hace cuarenta años, del Sistema Nacional de Orquesta gracias a la iniciativa del maestro José Antonio Abreu. No se trataba de un nuevo grupo orquestal ni de las típicas academias de música, sino de un esfuerzo de cambio social que a través de la música se proponía complementar la educación formal, en especial de los sectores populares. Seguramente ello le dio continuidad con el tiempo más allá de los cambios de gobierno y los famosos “proyectos de país”, para convertirlo en una empresa ahora con una profunda penetración cultural en la población y asumida como ejemplo en el ámbito internacional.

El nuevo aniversario del SNO ha servido para comprobar hasta dónde la experiencia es valorada internacionalmente con actos conmemorativos en varios países del mundo entero y los homenajes tributados a Gustavo Dudamel, uno de sus más reconocidos alumnos en Argentina, Chile y Colombia, países entre otros, que han hecho suya la provechosa aventura del maestro Abreu. Sin bloqueo, restricciones, amenazas, invasiones, ni complicaciones económicas y sociales sino todo lo contrario, Venezuela protagoniza una verdadera revolución musical. Como dice el colega y musicólogo César Miguel Rondón: “la música es el único espacio de la creación donde uno no envejece”.

Fuente

El Universal

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