Aragua.- Pedro Felipe Sosa Caro, es un compositor con una gran trayectoria en el medio folklorista. Es una de las mejores plumas del llano con una inspiración única, nació para componer y ese será su destino.
El llano lo vio nacer y le brindó su confianza para que compusiera con amor y con constancia. Sus coplas son ejemplo vivo de las costumbres del llano, identificadas con los sentimientos de los habitantes de esa prodigiosa tierra de tantos compositores que le cantan a su pueblo.
Pedro Felipe Sosa Caro, llanero de pura cepa, inspirado bajo el cielo azul de Arauca, Capanaparo y El Meta. Allí el Creador dibujó las bellezas naturales de esa tierra, las cuales inspiraron a este poeta para seguir componiendo a Venezuela que con orgullo.
El conocido compositor, quien se consagró en el ambiente musical venezolano con la composición “Vestida de Garza Blanca”, nació en Tames, municipio situado en el suroccidente del departamento de Arauca, pero fue presentado en la jurisdicción apureña El Amparo, estado Apure.
Su vocación desde pequeño fueron las armas e ingresó a la Escuela de Formación de Oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación, haciendo carrera hasta que alcanzó el grado de teniente coronel de la Guardia Nacional.
Sin embargo, a la par del ejercicio profesional de oficial de la Guardia Nacional, la música fue una de las pasiones de su vida, y junto a ella la imaginación y la inspiración del bardo, que se motivaba con el ritmo y los paisajes de infancia y juventud, le convirtieron en compositor del pasaje, que adorna al llano, a la mujer de su querencia, hombre de a caballo, coleador, romántico.
Después vinieron los tiempos en los cuales de trovador pasó a locutor y luchador social. Se desempeñó en la presidencia de la Fundación para el Desarrollo del Estado Aragua, una dependencia del gobierno regional que presidía Didalco Bolívar Graterol. Desde allí trabajó conjuntamente con el Sindicato de Radio y Televisión del Estado Aragua, dando un gran apoyo a la difusión de los valores profesionales y nuevos intérpretes de la canta criolla en sus diferentes manifestaciones.
Más allá de las fronteras
Sus composiciones han traspasado las fronteras en las voces de grandes intérpretes de corte internacional, destacándose, entre ellas; Vestida de Garza Blanca, Alcaraván Compañero, por citar algunas de sus cientos de composiciones.
Taurino por excelencia y aficionado, vive escribiéndole al llano, a su país y proyectando la música llanera a lo largo y ancho de la geografía nacional, en un hogar conformado por su esposa Beatriz Hernández de Sosa; de Pedro y Cesar, sus hijos; sus nietos y el cariño de sus nueras.
Escribir acerca de Felipe Sosa Caro, es referirnos a otro gran baluarte de la poesía venezolana, pero esa poesía especial, con música, que siempre hemos escuchado en las voces de quienes actualmente sean los grandes de la canta criolla.
Resulta muy grato conversar con este hombre, quien desde joven manifestó su inclinación por los versos, y fue con “Vestida de Garza Blanca” y “Alcaraván Compañero”, que se dio a conocer como compositor.
En su paso por Guardia Nacional se retiró con el grado de teniente coronel, es por ello que al referirnos a él lo llamamos “El Comandante”.
Su padre, Pedro Felipe Sosa Millán, participó activamente contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, es por ello que tuvo que exiliarse en Colombia, y éste hijo suyo nació en Arauca, la frontera con este hermano país, y vivieron allí hasta ocurrida la muerte del Benemérito.
El comandante celebra su cumpleaños el 21 de enero de cada año y su gentilicio corresponde al estado Apure.
El arte lo define
Continuando con su carrera artística, un sinfín de hermosos temas llevan su firma, algunos inéditos, otros como los ya mencionados, inmortalizados en las voces de Cristóbal Jiménez y Freddy Salcedo en 1979, cuando también grabaron “Muchachita campesina” los intérpretes Arístides Díaz y Luis Silva.
También Freddy López con “Señora murió el clavel”, y muy especialmente, Reina Lucero, con los temas “Yo sé que vas a volver” y “Cancionera”, por nombrar sólo un ejemplo. Sería muy extenso publicar los nombres de todos los temas que llevan la firma de Pedro Felipe Sosa Caro.
Era el tiempo de la penetración intelectual a todos los niveles y del esfuerzo que libraban en todos los frentes, hombres y mujeres, por mantener los rasgos de la identidad nacional.
Freddy Reyna desde su “cuatro”; Alirio Díaz y Rodrigo Riera desde sus guitarras; Anselmo López y Juan Esteban García desde sus bandolas; Mateo Manaure, Carlos Cruz Diez, Jesús Soto desde sus caballetes y talleres. Yolanda Moreno desde las tablas; los intelectuales desde sus mesas de trabajo y cada uno de los venezolanos desde las trincheras de sus esperanzas.
Había, como hay ahora, un país en positivo luchando por imponerse por sobre los antivalores. Dentro de ese ejército había un soldado. Cuando lo conocí, me sabía de memoria muchas de sus canciones; nos hicimos amigos para siempre.
Pedro Felipe Sosa Caro nació en la Venezuela peregrina; la que echó a andar hacia tierra de libertades, para escapar de las persecuciones.
Podemos afirmar, sin ser especialistas en la materia, que nuestra música llanera, después del impulso inicial que le dan Torrealba y Figueredo, remonta el vuelo con un segundo aire, “Vestida de Garza Blanca”.
Sosa Caro escribe “poesía para ser cantada”. No es lo mismo “ponerle letra a una música” ni “musicalizar un poema”; ni escribir poesía para leer o recitar, que componer, o mejor, escribir, poesía para ser cantada. Eso es lo que él hace.
Alguna vez fuimos poetas o declamadores; pusimos letras a músicas presentidas o tarareamos algún poema ajeno.
Hubo quien como Arvelo Torrealba, escribió la mejor poesía llanera venezolana, sin presentir que en sus versos encontrarían los compositores del futuro la fuente más pura para sus composiciones.
Sosa Caro es diferente, jamás pretendió ser leído sino cantado, pero no “poniendo letras”, sino escribiendo poemas con música; no como poeta, sino como compositor.
Su libro Cancionero
Su obra anda en los labios del pueblo. “Vestida de garza blanca”, “Son mentiras”, “Alcaraván Compañero”, “Cancionera”, son como himnos. Son el pedestal de su gloria, porque el poeta es una gloria nacional, como lo es Ernesto Luis Rodríguez, Alberto Arvelo Torrealba, Germán Fleitas Beroes, Luis Barrios Cruz, Héctor Guillermo Villalobos, Grieco Laporta, entre otros que ganaron batallas a favor de la patria, no con espadas sino con plumas.
Este es un libro múltiple porque no es para ser leído solamente, sino para ser oído. Forman parte de sus páginas dos CD que contienen la obra del autor en las voces y músicas de sus mejores intérpretes. Van a alegrar hogares y a enriquecer bibliotecas y ciditecas.
Este “Cancionero” es también un libro para ser cantado. Saldrá de los estantes en el momento de la parrandita familiar, del guitarrero entre amigos, como el apuntador que va a “soplar” las canciones que todos corearemos.
Cuando patrocinamos la edición de este libro y sus discos anexos, rendimos tributo a su autor, nuestro amigo y compañero de ideales; al pueblo venezolano y especialmente a sus mujeres, musas permanentes del autor; a nuestra identidad, fortalecida en estas páginas y a Venezuela, porque, al fin y al cabo, nuestra música es sencillamente, la Patria hecha sonidos. Pedro Felipe Sosa Caro es y seguirá siendo una de las mejores plumas del llano.
Entrevista realizada por el periodista y profesor Carlos Figueroa Lúquez. Año 2005