Caracas.- El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, ha decidido trasladar la sede del Gobierno a la ciudad costera de Guayaquil, después de las fuertes protestas cerca del palacio presidencial de Carondelet, y, además, ha culpado a su antecesor, Rafael Correa, de un intento de “golpe de Estado”, así lo manifestado en un mensaje por radio y televisión a la nación en el quinto día de estado de excepción que vive el país.
El foco de tensión se sitúa en la capital, Quito, donde ya se viven disturbios donde hay prevista una gran marcha indígena para el miércoles.
La medida económica que ha desencadenado las violentas manifestaciones es el Decreto Ejecutivo 883, que entró en vigor el pasado 2 de octubre, y elimina las subvenciones al precio de los combustibles, lo que produce su encarecimiento. Una decisión que ha sido fuertemente rechazada por varios grupos sociales, especialmente sindicatos e indígenas que se han enfrentado en la calle a los militares.
Manifestaciones en Quito
En un mensaje radiado al país, Moreno, acompañado del vicepresidente Otto Sonnenholzner, y del ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, anunció que el traslado de las operaciones del Gobierno a esta ciudad se deben al asedio de los manifestantes en Quito.
“Me he trasladado a Guayaquil y he trasladado la sede del Gobierno a esta querida ciudad de acuerdo a las atribuciones constitucionales que me competen”, añadió el gobernante al asegurar que lo que ha sucedido en el país en los últimos días “no es una manifestación de protesta frente a una decisión del Gobierno”.
También acompañado de varios jefes militares, el mandatario “culpó” a Correa de estar detrás de los supuestos intentos de desestabilizar a su Gobierno, y le acusó de estar detrás de lo que denominó “intento de golpe de Estado”.
“Hay -dijo- una intención política organizada para desestabilizar el Gobierno y romper el orden constituido y romper el orden democrático”.
Para Moreno, quienes han generado actos de violencia extrema son “individuos externos pagados y organizados” y dijo que no es coincidencia que varios líderes del Gobierno de Correa hayan ido a Venezuela hace algunos días para preparar el supuesto plan de desestabilización.
“Son los corruptos que han sentido los pasos de la justicia cercándolos para que respondan, son ellos quienes están detrás de este intento de golpe de Estado y están usando e instrumentalizando a algunos sectores indígenas, aprovechando su movilización”, afirmó.
Moreno “no dará marcha atrás”
Según el mandatario, sus opositores correístas “están financiando las agresiones y los saqueos” con el dinero que “se robaron” durante la anterior administración, por lo que rechazó con contundencia “este atentado contra la democracia”.
Moreno agradeció a las Fuerzas Armadas y a la Policía y remarcó que su Gobierno va a “seguir protegiendo los derechos y la tranquilidad ciudadanas”.
“Evitaremos siempre cualquier derramamiento de sangre”, añadió el mandatario e insistió en que “la democracia y la paz saldrán nuevamente victoriosas” de esta prueba.
Pero sobre la medidas que han desencadenado la violenta protesta, repitió que no dará “marcha atrás” y que la eliminación de los subsidios o ayudas estatales para abaratar el coste de los combustibles, es una “decisión histórica” que mantendrá en firme para que “nuestra economía esté sana y la dolarización protegida”.
Además, señaló que la medida de ajuste, que ha sido rechazada por varios grupos sociales, especialmente sindicatos e indígenas, afecta a grupos económicos poderosos, como los contrabandistas de gasolinas.
“Les aseguro que por duro que parezca hemos hecho lo correcto con la patria”, apostilló Moreno tras llamar al diálogo a los sectores sociales, “una puerta que -según dijo- en el Gobierno jamás se cerró”.
Con información de RTVE | Globovisión