Chispotear es un término coloquial para confundirse, equivocarse, distraerse o errar. Significa “perder el control haciendo o diciendo algo que exige mayor precaución y que no debería hacerse o decirse”. (Diccionario de peruanismos, APL, 2016). Así lo hace saber en su sección El Habla Culta, la reconocida lingüista Martha Hildebrandt.
En Venezuela esta frase se hizo famosa gracias al programa mexicano del Chavo del Ocho.
Podríamos decir que tanto el presidente Donald Trump, el presidente de Colombia Iván Duque y el monigote que nombró el imperio gringo como presidente interino o encargado de Venezuela Juan Guaidog, la volvieron a cagar con esta invasión militar a Venezuela.
Todos ellos van de derrota en derrota en sus empeños de derrocar al presidente Maduro y montar un gobierno títere en Venezuela que gobierne para los intereses de los EE.UU. en detrimento de los intereses de nuestro país, despojarnos de nuestras riquezas y volver a colonizarnos.
Seguidillas de fracasos. Desde enero de 2019, cuando el diputado a la Asamblea Nacional se autoproclamó “presidente encargado” como parte de un plan diseñado por el loco que gobierna a los Estados Unidos para intentar usurpar el Poder legítimo en Venezuela que detenta Maduro tras ser electo en mayo de 2018 como Presidente de la República, las distintas operaciones del gobierno del lunático Trump que han girado en torno a Guaidog, han terminado en fracaso y escándalos de corrupción ligados a su vez con narcotráfico, paramilitarismo, prostitución, abuso de drogas, compra de bienes personales con dinero del Estado venezolano, apropiación de recursos públicos, entre muchos otros delitos contra el país.
El contrato con Silvercorp, suscrito por Juan Guaidog y que buscaba la incursión terrorista en el país, es un hecho contemporáneo e incontrovertible. Aunque parezca mentira las guerras ahora no se declaran, se contratan y por iniciativa privada, esto es un hecho escandaloso, inmoral, indecente e inconveniente, donde se intenta sustituir a lo político y a la Fuerza Armada de Venezuela por un grupo de personas contratadas.
El contrato suscrito entre Juan Guaidog y Silvercorp también fue registrado para sustituir la Constitución Nacional y autoriza a los mercenarios a utilizar, a su discreción, la violencia contra cualquier objetivo en la población civil.
Este documento debe ser divulgado para todos los países del mundo porque ese contrato incita a delinquir.
Debemos estar claros. La incautación de los bienes de los venezolanos en el exterior es ilegal, esa confiscación o apropiación de bienes sería para pagar este tipo de aventuras insolentes y descocadas de asesinato, homicidio y tortura del orden público en Venezuela.
Ha ocurrido una vez más. La ultraderecha fascista y apátrida ha llegado a extremos vergonzosos de traición al más básico sentido de Patria y dignidad, y el resto de la oposición no quiere o no puede marcar distancia, salvo las excepciones que afortunadamente salen a relucir.
Las labores de inteligencia del Estado venezolano, en relación con los planes para derrocar al presidente Maduro, han sido tan eficientes y las acciones derivadas tan certeras que, para este momento, ya están claras las responsabilidades de Juan Guaidog y los grupos extremistas en la frustrada incursión armada del pasado 3 de mayo.
Entre los años 2007-2017 el Gobierno de Estados Unidos gastó 250 millardos de dólares en mercenarios, estos son 50% más baratos que tropas convencionales. No cuestan nada antes o después del contrato. En Irak, 50% de los soldados de EE.UU. eran mercenarios. En Afganistán, 70%. Es el modelo preferido para invadir países al más bajo costo económico y político.
Tiraron la toalla. El experto en guerra sucia, Juan José (JJ) Rendón y el dirigente de Voluntad Popular, Sergio Vergara, presentaron su renuncia a los cargos que tenían dentro de la “Comisión de estrategia de gobierno” del autoproclamado “presidente encargado” Juan Guaidog, luego que confesaran su participación en los planes golpistas contra el presidente Nicolás Maduro.
Politólogo Alex Vásquez Portilla