Recibir pago de una potencia extranjera enemiga es un delito en casi todos los países. Constituciones y leyes así lo establecen y lo consideran hecho punible como traición a la patria o alta traición.
A partir del momento en que una organización política recibe recursos económicos extranjero es considerado sumamente grave, delicado y muy cuestionable. Cuando un gobierno como el de los EEUU, considerado una potencia mundial sostiene o mantiene a un partido político para hacer política y acceda al poder y, por ende, influir en las decisiones y políticas públicas, afecta la soberanía nacional y la autodeterminación de una nación. Eso ocurre hoy en Venezuela.
Este asunto es tan delicado que la gran mayoría de los países del mundo prohíben taxativamente las donaciones procedentes de fuentes foráneas, aproximadamente en todo el mundo unos 140 países (68%) contemplan esta prohibición.
En nuestro país la prohibición del financiamiento extranjero a partidos políticos se estableció en el año 2010 con la promulgación de la Ley de defensa de la soberanía política y autodeterminación nacional.
Pero cuando el origen del financiamiento proviene de una nación enemiga o enfrentada en algún tipo de conflicto, la regulación sobrepasa la legislación electoral y de partidos políticos y se circunscribe en el campo de la seguridad del Estado.
Voces autorizadas del régimen de Estados Unidos han asegurado y confirmado que organizaciones políticas de la oposición venezolana reciben desembolsos permanentes o fijos de agencias oficiales de ese país.
Los voceros gringos han dicho esto con su nombre y apellido. No se trata de un simple rumor y mucho menos un reportaje de algún medio de comunicación. Lo ha informado Financial Times y su declarante ha sido el inefable Elliott Abrams, enviado especial de EEUU para Venezuela quien ha reconocido que la administración Trump se ha atrasado en los pagos a sus beneficiarios en Venezuela, sin especificar si son empleados, proveedores o clientes.
Abrams afirma con total desenvoltura que los pagos de EEUU a la oposición venezolana están retardados, pero que se pondrán al día este mes ¿Qué clase de oposición existe en Venezuela que está incluida en una nómina del imperio gringo? Hasta ahora eso no ha sido desmentido.
El trabajo periodístico donde queda clara el itinerario del dinero opositor que recibe de los gringos contiene igualmente una entrevista a la empresaria Vanessa Neumann, exembajadora del gobierno ficticio de Juan Guaidog en el Reino Unido y quien presentó su dimisión. En una sinopsis relámpago, Neumann le reclama a EEUU porque no ha soltado el dinero para pagarles a los pretendidos funcionarios del gobierno ficticio en varios países, así como para cancelar las costas procesales del juicio que se ha librado en Londres para quedarse con 31 toneladas de oro venezolano depositada en el Banco de Inglaterra.
El pago a “funcionarios” de un gobierno ficticio por parte del imperio de los EEUU, resulta más que evidente que se trata de una parte más del intento de golpe de Estado para derrocar un gobierno constitucional y montar en el poder un gobierno que sea favorable a los mezquinos intereses de esa potencia. Además, todo este entramado deja en evidencia que esos pagos de los gringos a la oposición “criolla” tienen un propósito manifiestamente sedicioso o insurrecto. Lo grave y vergonzante en este teatro de lo absurdo es que el origen del dinero de los “pagos” a políticos opositores proviene, lamentablemente del saqueo que EEUU ha perpetrado a empresas y activos venezolanos en ese país y en otras naciones del mundo. En realidad, se trata de un vulgar repartimiento de residuos o migajas a los cómplices del robo de un gran botín.
Politólogo Alex Vásquez Portilla