1) Posiblemente un psicópata e ignorante político como Trump no tiene los conocimientos básicos, pero el Derecho Internacional es el conjunto de reglas y principios, prácticas, muchas de ellas no obligatorias, que proveen las líneas de funcionamiento normativo (o sea, basados en la ley y la ética) para las relaciones entre los Estados. A lo largo de siglos de negociaciones, a medida que se constituían los Estados como hoy los conocemos, el Derecho Internacional ha ido construyendo métodos, mecanismos y un lenguaje conceptual compartido para los actores internacionales.
Todas estas nociones el psicópata se las pasa por el forro…
2) Los temas comunes del Derecho Internacional son la paz y la guerra, la diplomacia, los derechos humanos y el comercio.
El psicópata Trump aplica con mayor intensidad la guerra, se pasa por el forro la paz, la diplomacia y los derechos humanos. Venezuela es vivo ejemplo de ello: asediada y acosada con severas sanciones económicas y financieras que martiriza a su pueblo, crean esta crisis y luego culpan al gobierno de ello para justificar su intervención y guerra por el petróleo.
3) Para los nacionalistas radicales, como Trump y su extremista consejero de seguridad nacional, John Bolton, el Derecho Internacional no existe (se lo pasan por el forro…) es sólo una expresión de deseos, porque, a diferencia del derecho del Estado, no es vinculante: no hay jueces para condenar lo que no se cumple, ni policía para detener a jefes de Estado represivos o corruptos.
4) A medida que se han creado normas de convivencia entre los países, se han mantenido y ampliado las esferas de actuación de Naciones Unidas, y se han acordado un montón de normas (convenciones, tratados, acuerdos) sobre un conjunto de temas, el Derecho Internacional ha cobrado peso propio. Un logro fue la creación de la Corte Penal Internacional (CPI) en 1998.
Trump ordenó retirarse de ella, alegando que no somete su soberanía a un cuerpo burocrático sin legitimidad. Pero, como recuerda el jurista Tom Farer, el artículo 38 del Tratado de Roma que dio vida a la CPI dice que sus fuentes son las convenciones internacionales, el derecho consuetudinario (prácticas aceptadas como leyes) y los principios legales reconocidos por las naciones civilizadas.
Todo esto el psicópata Trump se las pasa por el forro…
5) Pese a las violaciones que muchos Estados cometen contra el Derecho Internacional (principalmente los EE.UU.), este es un marco de referencia del que se espera que, precisamente, los países que lideran el orden liberal (como Estados Unidos y los europeos) lo defiendan y protejan. Los ataques de Trump convierten a EE.UU. en un socio poco fiable con el que mantener y entablar presentes y futuras negociaciones sobre seguridad, comercio, medio ambiente, salud, derechos humanos, patentes y otras cuestiones.
6) Los Estados civilizados tratan de actuar de acuerdo con las normas del Derecho Internacional basándose en los sentidos de consenso y reciprocidad, con la visión que operando dentro de estos marcos se ven beneficiados por el clima de certeza, predictibilidad y fines comunes. Todo lo inverso de lo que significa hoy Estados Unidos.
7) En nombre de America first (América primero), Trump opina que Estados Unidos no se someterá a ningún régimen de justicia que no sea el propio, y menos aún a instituciones burocráticas como la Corte Penal Internacional (CPI), el reciente Global Compact acordado en la ONU para protección de los inmigrantes y refugiados, o el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. En consecuencia, según Trump, su país no se somete a “la ideología de la globalización”. Su única guía es el “patriotismo”.
Todo eso es paja y se las pasa por el forro…
8) La globalización, según la define el premio Nobel Joseph Stiglitz, es el proceso de integración entre países a través del incremento del flujo de bienes, servicios, capital y trabajo. A partir del siglo XV se produjeron sucesivas y diferentes globalizaciones, regionales o mundiales.
9) Síntesis: Para Trump, EE.UU. es el amo del mundo y hace lo que le salga del forro. Se creen con el derecho de intervenir, arruinar y desbastar naciones soberanas para apoderarse de sus riquezas, argumentando que fueron a salvar a esos pueblos de dictaduras y restablecer la democracia y la libertad. Venezuela está en la lista para intervenirla militarmente y devastarla. Guaidó será responsable de esta locura por vende Patria, traidor y lacayo de los gringos.
10) Aunque es una aberración a la luz del derecho internacional la violación en Washington de la Convención de Viena de la inviolabilidad e inmunidad absoluta del espacio de las Embajadas, Trump se pasó por el forro dichos principios y asedió y desocupó por la fuerza activistas civiles estadounidenses que protegían la sede de la Embajada de Venezuela en Washington.
11) EE.UU. es una genuina bestia que se hace cada día más peligroso al no recibir la suficiente resistencia su política internacional belicosa. Quienes están mudos o hasta favorables ante sus barbaridades hacia países como Venezuela, Cuba o Nicaragua deben darse cuenta de que mañana serán ellos los agredidos.
12) Se requiere un frente vasto internacional para disuadir y detener la política de guerra del psicópata Trump ante tanta agresividad. Lo deben formar tanto los países víctimas de las locuras del presidente gringo como los sectores estadunidenses que están opuestos a esta política
13) Es imperativo para la paz mundial frenar a EE.UU. y crearle costos en su proyección agresiva, porque, si no, se reafirmaría en creerse invencible y haría caer al mundo en una catástrofe, fruto de las alucinaciones mentales del presidente Trump.
14) Detrás de su ignorancia e incompetencia, Trump ha dejado claro que Estados Unidos empuja al mundo hacia tiempos muy peligrosos.
Alex Vásquez Portilla (Politólogo)