GUAIDÓ EN EL OCASOS DE UNA FUGAZ CARRERA POLÍTICA. Faltan apenas días para cerrar este capítulo, una farsa que sirvió para entretener a la candidez política. En enero 2020 tal vez elijan otro actor para continuar la segunda parte de esta interesante y aburrida comedia barata donde el protagonista jugará un rol que está por verse.
Guaidó probablemente fue escogido entre todos los diputados opositores por su audacia de pelarse las nalgas en una protesta política, tal vez porque pensaron que tenía mayor madurez política y sobre todo por su incoherencia política, cualidad indispensable para entretener a los disociados opositores con la autoproclamación en una plaza, vitoreado por un encandilado y delirante público. Y por supuesto, con el aval del gobierno de los Estados Unidos que sabe manejar muy bien estos casos de confusión política y darle más realismo a la obra de baja facturación.
Para un buen entendedor esta aventura no fue de gratis y mucho menos por el valor de un hombre interesado en sacar al país de la crisis que lo agobia, sino por el contrario, para favorecer consabidos intereses económicos y políticos, nacionales y foráneos. Al cabo de un año, nadie recordará a este arruinado comediante que estará disfrutando sus bienes mal adquiridos en un paradisiaco exilio dorado y bien lejos de Venezuela, a buena hora. No dejó una sola obra ni un bienestar a los venezolanos y venezolanas, pura pérdida y desilusión.
GUAIDÓ PERDIÓ SU MOMENTO / Si es que tuvo alguna vez la opción de acabar con una supuesta usurpación. Desde que se autoproclamó presidente interino inició su carrera al fracaso. Esa acción fue ridícula y no tenía futuro. Su retroceso en las encuestas de popularidad provoca que algunos de sus colegas comenzaran a librar una nueva batalla por el liderazgo opositor. Hay quienes, incluso, comenzaron a criticarlo públicamente.
LA OTRA CARA DE LA MONEDA ES QUE MADURO GANA
A Nicolás Maduro le ha tocado el período más difícil de nuestra historia reciente: el desafío de suceder a Chávez. Varios intentos de golpe de Estado, incluido una tentativa de magnicidio. Con un escenario económico muy crítico, demandas sociales crecientes y una burguesía transnacionalizada en conspiración permanente al lado del gran capital y del imperio gringo.
Con el atolondrado presidente de EE.UU., Donald Trump, la amenaza contra Venezuela se ha extremado. La intervención militar pendiendo como espada de Damocles y un criminal, sanguinario, brutal e inhumano bloqueo económico, comercial y financiero, se han cerrado como una prensa sobre el alma y el cuerpo de Venezuela. Hasta ahora el presidente Maduro ha descalabrado al alocado jefe de gobierno del cruel imperio y a todos sus secuaces (Grupo de Lima, Unión Europea, OEA y oposición criolla).
Maduro seguramente pasará a la historia, como el presidente latinocaribeño, que, sin disparar un tiro, ha derrotado al tirano Donald Trump. Seguirán los crímenes imperiales, no cabe, pero el pueblo venezolano lo seguirá derrotando con su inmensa capacidad de paciencia que ha sido una forma muy inteligente de ganarle esta batalla al feroz y perverso imperio gringo.
Maduro se ha tenido que comer las verdes y las maduras. Que Venezuela esté de pie, que el pueblo se mantenga movilizado, que la crisis no sea más profunda se le debe a él.
Es innegable e irrebatible que diplomática y políticamente hemos tenido éxitos muy importantes y significativos, no negamos que la vida cotidiana de nuestros compatriotas está siendo enérgicamente vapuleada.
Los problemas políticos se manifiestan en el terreno económico. Particularmente, estamos siendo golpeados por la guerra de precios, la inestabilidad del bolívar, la súper inflación inducida, la especulación descarada y cruel. Muchas de estas situaciones anómalas se la debemos, mayoritariamente, a las medidas coercitivas impuesta por el inmoral y brutal imperio gringo y a el loco que gobierna a ese país. Así es como se manifiesta esta guerra económica que padece Venezuela. ¡Triunfaremos!
Politólogo Alex Vásquez Portilla