La oposición gringo-venezolana se revuelca con mayor fuerza en su desventura política, hoy vive su peor y más dramático momento, no solo en la geografía nacional sino también internacional, una de las causas que tienen a estas fuerzas opositoras contra las cuerdas es que los resultados que esperaban, como la caída de la “dictadura” a través de la estrategia de la guerra económica y de las medidas coercitivas unilaterales que el sanguinario y maligno imperio gringo le aplicó a Venezuela y a su pueblo de manera vil e inhumana, no le ha traído los resultados esperados, se han quedado con los crespo hechos o dicho de otra manera, vestidos y alborotados.
Por tal circunstancia no es difícil predecir que la dirigencia fracasada que hoy, en mal momento conduce al pueblo opositor, asume, con toda razón comprensible, de echar la pata pal’ monte y dado su fracaso de golpe de Estado, no le queda otra que asumir con toda irresponsabilidad abstenerse de participar en las elecciones legislativas. Sus principales voceros, empezando por Guaitonto,han expresado que ni con un nuevo Consejo Nacional Electoral concurrirán a las elecciones parlamentarias de 2020. Se entiende el miedo, predicen una tremenda derrota, máxime si sumamos el tremendo fiasco que resultó para los venezolanos la victoria y la conducción de la Asamblea Nacional por porte de ellos. Peor no lo pudieron hacer.
¿Qué necesitaban o requerían para aceptar ir a unas elecciones legislativas? Primero que nada, el derrocamiento de la “dictadura” de Maduro, donde gobernarían con leyes de excepción, o sea, una dictadura disfrazada de democracia que, como es de esperar, tendría la anuencia del disparatado Trump y “su” concierto de naciones que controla como lo hace un titiritero. Segundo, haber constituido un gobierno de transición encabezado por Guaitonto el que tendría la fundamental y monumental tarea de fumigar a los chavistas con un potente insecticida, igual comohacen las amas de casa en sus residencias con las cucarachas y chiripas, dicho en sentido figurado.
La cúpula que gobierna a la oposición, que por cierto está privatizada por el atolondrado Trump,quien le dicta sus órdenes imperiales, no quiere ni desea, en realidad, ir a unas elecciones parlamentarias, aunque últimamente le han hecho creer a la opinión pública un simulacro de progresopara la designación de una nueva directiva del Consejo Nacional Electoral.
Los problemas de la oposición son disímiles y muy recónditos. El más sobresaliente de ellos es la que los conduce o gobierna, es decir, su cúpula o élite política, que está más desprestigiada que “el cese de la usurpación”, al que debemos añadir un pocotón de años bamboleándose entre la violencia más pervertida y virulenta, malogradosexperimentos de diálogo, abstencionismo, fallidos magnicidio contra Maduro y golpes de Estado, todo ello cubierto en una naturalpropensión a no asumir nunca las responsabilidades de sus actos.
La gravísima crisis de liderazgo de la oposición se ha hecho más sobresaliente este año fatídico para ellos, el Proyecto de Probeta Guaidó, es una prueba irrefutable, con este idiota a la cabeza se ha acrecentado y agudizado esta crisis.¿Cómo se explica? Sencillo: La grosera acción o conducción del “gobierno paralelo” y, sobre todo el manejo de los recursos públicos de los que la bandaguaidoistaha logrado apropiarse, esto, como era de esperarse, le ha acumulado un gran repudio de amplios sectores de la base opositora.
Los venezolanos que estamos padeciendo necesidades y limitaciones producto de las medidas coercitivas por parte del cruel y virulento imperio gringo, así como los compatriotas que se fueron y están en otros países pasando el trabajo parejo,observa con mucha indignación y arrechera el grosero estilo de vida de ricos y reyes que llevan los supuestos exiliados políticos opositores, así como el mismo Guaidó y otros de su comitiva o pandilla.
Como era de esperar, esta vida cómoda y las acciones erráticas de la dirigencia de la oposición tuvo que generar una reacción, una de ellas es la división firme y palpable entre ellos, unas tangibles y otras por exteriorizarse. Algunos han montado su tiendita aparte como los que realizan el diálogo con el gobierno, y otros luchan por la sucesión o destrono de Guaitonto.
Otro factor dela hecatombe de la oposición es la desmovilización de su gente. Luego de un aparente resurgimiento de las manifestaciones pacíficas, en los días de la autoproclamación de Guaitonto, las tropas opositoras se pacificaron de nuevo como consecuencia del cúmulo de fracasos en las expectativas de “cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones presidenciales” creadas por este triste líder inventado en los laboratorios de imagen política de Gringolandia.
Alex Vásquez Portilla (politólogo)