Calabozo.- La alimentación de los mirandinos ha cambiado drásticamente, el precio de alimentos incrementa casi que a diario, aunado al hecho de que los productos pagados con dinero en efectivo son más económicos.
Tras una búsqueda de precios, se conoció que el kilo de granos pagado con punto de venta varía entre 500 mil bolívares para los frijoles y un millón doscientos para las caraotas, mientras que cancelando con dieron en efectivo los frijoles solo cuestan 150 mil bolívares.
Los granos son los acompañantes ideales para cualquier comida, le aportan al organismo, nutrientes muy similares a los aportados por la carne u otros productos similares, motivo por el cual se han vuelto en las últimas semanas un sustituto ideal para la cerne o el pollo.
Yusbeli Márquez tiene cinco meses vendiendo granos al final de la carrera 12 de Caco Central, comentó que vende productos de primera calidad el cual es traído a Calabozo por productores provenientes del estado Apure en 120 mil bolívares el kilo y lo vende en 150 mil en el caso de los frijoles, mientras que frijoles blancos y quinchonchos lo veden en 160, dejando un margen de ganancia para los vendedores de 30 mil bolívares, el cual deben invertir en la compra de bolsas para empaquetar el productos.
“A veces hay días buenos y días malos, las ventas han bajado bastante porque no hay efectivo” comentó Márquez al ser consultada sobre cómo se manejan las ventas.
“Las personas piensas que están caros, sin embrago otros argumentan que los precios son accesibles. No vendemos caraotas porque están muy caras las traen en 600 el kilo para los vendedores” precisó.
Los productores también tienen ciertas políticas de venta que muchos clientes como comprenden, pues vendedores afirmaron que en las últimas semanas los vendedores no están aceptado billetes de cien bolívares, menos los de 50 bolívares, motivo por el cual los vendedores argumentan que también aplican esta política a su clientes debido a que luego de tener el dinero en mano se les dificulta cambiarlo a otros billetes.
Por su parte Carmen Páez, vendedor de la zona desde hace cuatro años informó que a diario vive en una lucha constante. “A veces debemos luchar con la gente, con los precios, con los billetes viejos, no estoy aceptando billetes viejos porque los vendedores no aceptan billetes de cien mil y de cincuenta mil” concluyó.
Vendedores coincidieron en que las ventas aumentan cuando los pensionados cobran, ya que son las pocas personas que tienen acceso al dinero en efectivo.
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