A Occidente, entiéndase, como EEUU y Europa, llega la estanflación. No se termina de reducir la inflación, y se promueve una “recesión suave”, que podría terminar en una “recesión fuerte”.
Pero al hablar de estanflación, quiere decir, estancamiento con inflación. Eso significa, altas tasas de interés y precios altos. Lo más parecido a ello, es Venezuela.
Ante los asuntos macroeconómicos, se avecina otro problema y es que la fecha límite para que el gobierno de EEUU aplique medidas extraordinarias, después de alcanzar el techo de deuda, en enero, se ubica en los primeros días de junio.
Eso está produciendo un alza de los rendimientos del endeudamiento de ese país y de otros. A su vez, una caída del valor de los bonos, lo que significa más problemas para los bancos. Sin embargo, allí tienen listas las imprentas, para emitir dinero si es necesario, lo que haría subir los precios y empeorar la situación.
Estabilización de Venezuela
Como se explicó en entregas anteriores, Washington necesita crudo. Primero, para comenzar a recuperar las reservas estratégicas de EEUU, dilapidadas por Joe Biden, debido a la guerra entre Ucrania y Rusia.
Segundo, para que un alto flujo de petróleo, permita mantener esta materia prima a menor precio. Con esto último, se tendría a raya a Vladímir Putin y los demócratas irían a unas elecciones con gasolina barata, en 2024.
Pero para lo anterior, Washington necesita ampliar sus relaciones con Caracas. Los halcones requieren de un flujo petrolero estable, lo más rápido posible.
Para ello, deben apresurarse en regularizar la situación de Venezuela. Gustavo Petro entró en acción, y ofreció la mediación. Se negocia un adelanto de elecciones, porque para los norteamericanos, es necesario tener despejada la situación venezolana, antes de sus elecciones. Incluso, el asunto del Esequibo, tema que no apareció de nuevo por casualidad.
Una Venezuela estabilizada supone, sin crisis política, con una situación económica estable, que signifique menos riesgo.
Ese proceso aparentemente ya comenzó. La petrolera Chevron, no puede entregar divisas al gobierno de Maduro, debido a las sanciones, pero lo hace a la banca privada de Venezuela. Desde que se iniciaron las operaciones en pleno, una vez que su licencia fue ampliada, el precio del dólar en bolívares, se mantiene relativamente estable desde mediados de febrero.
Posible adelanto de elecciones
Petro se mueve incentivado en que Maduro le ayudaría con el ELN en las negociaciones de paz de Colombia. A cambio, buscará que se relajen más sanciones, se proceda a un proceso electoral y finalmente, una vez hechas las elecciones presidenciales venezolanas, se reconozca como presidente constitucional, al vencedor. Al que sea.
De esa manera, Washington se justifica ante el mundo, reconocer al nuevo gobierno venezolano y ampliar así, por la vía regular, las operaciones de extracción de petróleo, masivamente.
Es sabido que Washington tiene su candidato, Pekín y Moscú, el suyo, y Bruselas, el suyo también. Pero este es otro tema.
Para que se adelanten las elecciones presidenciales, Caracas debe contar con la luz verde de Washington. No sería Nicolás Maduro, quien por iniciativa propia las adelante.
Las reservas estratégicas de petróleo de EEUU, se desplomaron en el marco de la guerra entre Rusia y Ucrania. Cayeron a mínimos de 1985. La razón es que, debido a las sanciones petroleras a Rusia, EEUU ha tenido que utilizarlas, pero son limitadas.
Eso supone un enorme riesgo a la estabilidad norteamericana, por lo que deben recuperarse lo más rápido posible. A partir de allí, Chevron desarrolla una estrategia para aumentar el flujo petrolero desde Venezuela.
Alex Vallenilla / Twitter: @alexvallenilla
