San Juan de los Morros.- El burro festivalero es una canción escrita por el compositor y cantante de Valle de la Pascua, Palminio Hernández.
Inicialmente la letra es grabada por Carlos Rondón, otro vallepascuense que dejó una huella artística imborrable en el folklore nacional.
El burro festivalero es una fábula llena de creatividad desde el principio hasta el final. No tiene desperdicio.
Asimismo, se puede contar en la corriente del realismo mágico porque inicia con un hecho real y el autor le agrega elementos mágicos.
Comienza cuando Juanita Camejo se dirige por un camino dispuesta a visitar a su comadre Pancha que estaba de duelo.
“Pasando por una mata
oyó cascos en el suelo
y contempló con tristeza
un burrito muy pequeño
que estaba junto a su madre
la que había muerto pariendo…”
Enseguida, afloraron los sentimientos de culpa de la mujer que no podía dejar allí al animal porque moriría a la intemperie.
A partir de allí deja de verlo como un pollino y comienza a tratarlo como si se tratara de un niño y el burro también se lo creyó.
A medida que el animal crece se comporta como un humano y en el momento menos pensado sorprende como cantante.
El arpista quedó mudo
el cuatrista quedó ciego
el que se pudo salvar
fue el inquieto maraquero
y los que estaban bailando
en un carrerón se fueron…”
A partir de ese día comienza la leyenda los llanos de Venezuela y Colombia “de que había un burro que hablaba y de paso era coplero”.
Continúa la humanización de la historia porque el burro se inscribió en cuánto festival había y todos los ganó,
Además, la historia lo relaciona con personajes reales como Argenis Salazar, la reina de la canción venezolana, Reina Lucero y otros artistas conocidos.
Asimismo, el burro era pendenciero y faramallero porque en todas las parrandas “se robó el público entero”.
Por otro lado, hay que destacar el ingenio del creador porque compuso una historia que atrapa de principio a fin.
Muchos pudieran pensar que es una trama abstracta, pero la literatura tiene licencia para transgredir la lógica de las cosas.
Así que más que una canción es una historia con música contada por un narrador en tercera persona.
Se evidencia este tipo de narrador cuando cuenta, por ejemplo, que “en todos los festivales de música lo inscribieron”
El burro festivalero es una parodia de las vivencias y peripecias que ocurren en estos desafíos artísticos.
En síntesis, se puede conceptualizar como un cacho llanero que trasciende las barreras de la realidad, pasando por lo mágico y maravilloso.