Caracas.-Para el cierre del año las remesas que envían los venezolanos en el exterior a sus familiares en el país, podrían alcanzar los 2.400 millones de dólares, marcando un crecimiento del 60% con respecto al 2017 ($ 1.700 millones), según estimaciones hechas por la firma Ecoanalítica.
La cifra equivale al 27% de las reservas internacionales que maneja el Banco Central de Venezuela (BCV), que marcó este mes unos $ 8.820 millones.
Al respecto, el economista César Aristimuño apuntó que, aunque es difícil colocar en cifras la totalidad de la cantidad, gran parte de las remesas se siguen derivando de transacciones hechas a espaldas de las casas de cambio.
“Muchas de esas divisas siguen entrando de manera de cancelación en bolívares, por parte de los compradores de esa transferencia a los beneficiarios acá en el país, en las cuentas nacionales que tengan asignadas, pero el Gobierno Nacional ha tratado de ubicar mecanismos para que eso no se ejecute, tratando de bloquearlas”, dijo Aristimuño.
El economista asoció esto con la medida tomada por el Ejecutivo, en la que se determina que las personas que no están en territorio nacional tengan prohibido mover sus cuentas en bancos nacionales, “con el fin de que la mayoría de esos recursos se muevan vía las casas de cambio”.
En el caso de los recursos que entran por medios oficiales, Aristimuño afirmó que “definitivamente llegarían a formar parte de los recursos pero dada la carestía de las divisas que hay en el país, se licúan de manera inmediata”.
Aún así, el especialista ve difícil que el 100% de las divisas de remesas estén centralizadas por parte del Gobierno. “Sobre todo porque tenemos un control de cambio y hay factores diferenciadores entre la tasa del paralelo y la asignada por el gobierno, lo que vendría siendo un incentivo (para los emigrantes) para tratar de buscar el mayor rendimiento de esas transferencias para sus familiares en Venezuela, más aún cuando estamos en un proceso de hiperinflación, que cualquier monto en bolívares es superior al de otras cotizaciones, y siempre va a ser importante”.
El envío de remesas en Venezuela no supera aún las cifras de México
($ 28.630 millones), países centroamericanos como Guatemala
($ 8.192.000.000), El Salvador
($ 5.021.000.000) y Honduras,
($ 4.331.000.000), ni tampoco de Estados del cono sur de América, como Colombia ($ 5.579.000.000), Perú
($ 3.061.000.000) y Ecuador
($ 2.721.000.000).
Ecoanalítica, en un reciente estudio, publicó que el 30% de los venezolanos reciben remesas de familiares y allegados en el exterior, como medio para subsistir ante la situación económica que se vive en territorio nacional.
Sin embargo, estos aportes hechos por sus familiares, recientemente han comenzado a esfumarse con mayor rapidez que en meses anteriores.
Para Aristimuño es complicado cuantificar matemáticamente esa realidad, pero , “en términos de porcentajes no hay la menor duda que de una u otra manera las familias bien sea de modo directo o por consanguinidad, tengan un familiar afuera o muy cercano a la familia, y muchas de esas personas están tratando de ayudar a sus seres queridos en Venezuela (…)”.
“Sin duda viene a ser una situación de ayuda que hace que puedan mantenerse relativamente bien, desde el punto de vista de alimentos o medicinas”, añadió, pero apuntó que la tasa de cambio del dólar “ha perdido fuerza versus al crecimiento de la inflación, que ha venido creciendo más acelerada que la relación bolívar – dólar”.
Es por ello que precisó que “los 100 dólares de hoy no son los mismos 100 dólares de enero, producto del crecimiento de la hiperinflación que existe en el país”, aseguró, aun cuando no negó que siguieran siendo un aporte significativo para respaldar la economía del hogar.
Estimó que una cifra alrededor de los 280 dólares sería el ideal para cubrir los gastos domésticos de una familia de dos personas, número de relativos que usualmente quedan tras la diáspora. En caso de ser más del par, la suma sería entonces insuficiente.
En esta especie de insuficiencia de recursos en moneda extranjera coincide el también economista Leonardo Buniak, para quien se “se amplió la brecha entre el dólar dicom y la remesa, con el mercado paralelo, que hoy es poco más de tres veces la tasa de cambio”.
“Cada vez rinden menos porque paradójicamente estamos viviendo una inflación en dólares. Hoy un dólar rinde cuatro veces menos que hace un mes. (…) Esto significa que tenemos ya un proceso de inflación perniciosa en dólares. (…) Debes cambiar más cantidad de dólares para comprar la misma cantidad de bienes que se adquirían cuatro semanas atrás”, manifestó.
Pero estas divisas no llegan al país, en la mayoría de los casos, por las casas de cambio oficiales designadas por el Gobierno Nacional: Italcambio, Grupo Zoom e Insular, sino por transacciones entre terceros, a precio del paralelo.
En la principal sucursal de Zoom de Maracaibo, su supervisora dijo recibir un aproximado entre un 5 y 10% de usuarios receptores de remesas, porcentajes que tildó de “incomparables con los recibidos siete años atrás”.
“Aproximadamente diez pagos al mes recibimos”, señaló la trabajadora. Además, sostuvo que sigue siendo el dólar americano la moneda que más se emplea para las transacciones y que países de donde más reciben la solicitud para transar los montos son Estados Unidos, México, Chile y Colombia.
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