Rusia.- El partido de Colombia ante Japón empezó de mala manera, con la confirmación de la suplencia de James por fatiga muscular; continuó empeorando con la expulsión de la Roca Sánchez; y finalizó en tragedia con la derrota 1-2 frente a la selección asiática, la misma a la que golearon (1-4) en Brasil hace cuatro años.
La pesadilla del Mordovia Arena para Pékerman le hará ir a remolque desde el principio… pero tampoco es una situación nueva para los sudamericanos. El problema que dejó ver en Rusia fue la imagen que dejó.
Cierto es que la mutación de la Roca Sánchez en la Roja Sánchez ocurrió demasiado pronto. En el 3′, por una clarísima mano que detuvo el disparo de Japón a portería vacía. Protestó, sin sentido, claro.
Kagawa anotó el penalti -lanzado blandito al medio- y todas las miradas se dirigieron al banquillo. Pékerman tenía que moverlo y James, tocado, esperaba su oportunidad.
Toda la responsabilidad caía en Quintero y respondió lanzando una falta magistral, por debajo de la barrera y ante la que Kawashima pudo hacer algo más. Antes, la entrada de Barrios por Cuadrado le cambió la cara a Colombia.
También ayudó la pasividad japonesa, muy blanditos y sin hambre. Pero en la segunda mitad apretaron y tuvieron grandes opciones de ponerse de nuevo por delante. Ospina detuvo dos tiros -a Osako e Inui- pero falló en el saque de esquina decisivo, lanzado por Honda -que entró por Kagawa- y rematado a la red por el propio Osako, que sustituyó a Okazaki en el centro del ataque nipón.
Ganó Japón gracias a todas las facilidades que le puso Colombia, que se hizo el harakiri en Rusia. La venganza del 1-4 de Brasil ha llegado. A Colombia, le tocará remar hacia octavos.
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Víctor Romero