Esta muchacha bautizada así por una canción que hizo leyendarias las románticas guías del período soviético, la he visto cumplir labores similares, pero voluntariamente y con recursos propios.
Por su matrimonio con ciudadano norteamericano, emigra a USA, después de cumplir eficiente ejercicio como técnica en una empresa del estado. He comentado acerca de sus habilidades artesanales, buen gusto y numerosas tareas que atiende.
Pero quiero enfatizar acerca de su ardua vigilia por cuanto sucede en su país y su tenacidad auxiliando a cuantos venezolanos recalan en estos predios donde estamos dando. Sin tener hijos, se entrega como excelente madre tanto como es excelente hija.
Cualquiera de su parentesco, al que pertenezco (suegros, esposo cuñados, sobrinos, etc.) reciben de su afán y atenciones, según y cómo. Pero también cuanto venezolano se topa bajo esta estampida desatada por el pésimo gobierno.
Socorre en su vehículo, procura que accedan a servicios gratuitos, diligencia alojamiento y se esmera en que venezolanitos nacidos bajo esta intemperie, la pasen lo mejor. Parte de cuanto ella representa. Salutación que hago, para mi querida nuera, en su cumpleaños. Que Dios te bendiga.
Adolfo Rodríguez Rodríguez