Río de Janeiro.- Dos adolescentes abrieron fuego la mañana de este miércoles en una escuela de Suzano (en el estado de São Paulo, al sureste de Brasil) dejando al menos 10 muertos.
Según las primeras informaciones confirmadas por la Policía Militar, los dos jóvenes entraron encapuchados y armados en el colegio Raul Brasil alrededor de las 9.30 horas de la mañana y mataron a seis personas (cinco alumnos y un trabajador de la escuela). Acto seguido, se suicidaron. Poco después fallecieron otras dos adolescentes como consecuencia de las heridas de bala. Otra decena de personas está siendo atendida en hospitales de la zona.
Tras el ataque, la policía y los bomberos acordonaron la escuela. Dentro, según el coronel de la Policía Militar Marcelo Salles, encontraron material “que podría ser explosivo”, por lo que el escuadrón antibombas está inspeccionando las instalaciones. Se trata de una maleta con cables eléctricos y botellas que podrían ser posibles cócteles molotov. También encontraron una ballesta y un revólver. Varios testigos aseguraron que los dos atacantes portaban un arma de fuego y un cuchillo.
“Los tipos vinieron detrás nuestro y empezaron a matar a mucha gente (…) fui hacia la sala de dirección y había muchas personas muertas en el suelo. Ellos (los agresores) gritaron, pero no entendía qué decían. A un amigo le hirieron con un cuchillo en el hombro y otro fue tiroteado”, contaba uno de los alumnos supervivientes, Rosni Marcelo Grotliweld, de 15 años, en declaraciones al portal de noticias G1.
Un viseo de una cámara de seguridad de la calle del colegio muestra el momento en que los dos agresores llegan a la escuela: bajan tranquilamente de un coche blanco y entran por la puerta principal, que estaba abierta. Minutos después, las imágenes muestran a varios alumnos corriendo asustados huyendo del colegio. Poco antes de la masacre, los agresores dispararon a un hombre en un auto-lavado cerca del colegio. Su estado de salud es gravísimo, y de momento se desconoce la relación entre los dos acontecimientos.
El gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, llegó rápidamente a la zona en helicóptero y confesó estar conmocionado: “Es la escena más triste que he visto en toda mi vida. Me deja muy triste que algo así ocurra en Sao Paulo, en Brasil. Estoy consternado”, afirmó el gobernador, que prometió todo el apoyo posible para los familiares de las víctimas, desde asistencia médica y psicológica hasta compensaciones económicas para costear los funerales de los niños. De momento, se desconoce la motivación del crimen y según el gobernador los atacantes no eran alumnos de esa escuela.
La masacre se produce apenas dos meses después de que el presidente Jair Bolsonaro firmara un decreto que flexibiliza la tenencia de armas. Desde mediados de enero, cualquier ciudadano puede guardar en su casa hasta cuatro armas de fuego sin pedir autorización previa a la Policía Federal.
Joan Royo Gual | El Mundo/España
