Ciudadanos venezolanos, civiles y militares tenemos agenda propia que cumplir, asumir y seguir con responsabilidad, compromiso, voluntad, valentía, moral y fe para alcanzar la libertad y justicia sin vacilaciones ni dudas.
Cese a la usurpación. Las medidas tendientes a sentar las bases de la reconstrucción nacional incluso las medidas y nombramientos dirigidos a preservar los bienes de la República, urge comprender el carácter estratégico de la organización ciudadana mediante las Asambleas Populares; esto hoy adquiere una dimensión que ya no es táctica.
Parte de la dirección opositora no tiene esta claridad, aunque debe adquirirla, entiende las asambleas como foto, un momento de discursos altisonoros, el soporte de las masas de un liderazgo predestinado, juega mucho con la concepción elitesca “de la política como espectáculo” sumado a la inexperiencia y algo de fondo la profunda desconfianza en el movimiento de masas en el pueblo o por no decir, en el temor a éste.
Las asambleas por el contrario son la garantía de un poderoso movimiento político hacia la reconstrucción nacional. Son el germen de la nueva democracia consagrada en la propia constitución. Son la materialización del protagonismo ciudadano, tantas veces utilizados para captar votos.
La huelga general. La dirección política debe adelantar en lo inmediato la organización de una huelga general definitiva, punto de partida de una gran rebelión popular y nacional, que se convierta en la operación política más grande que se haya propuesto la oposición.
La dualidad de poder no basta; es necesario echar del poder a los secuestradores y el tiempo juega a favor del enemigo.
Sin embargo, en los sectores empobrecidos en la mayoría de las masas agobiadas por la hambruna o venida a la miseria por el saqueo chavista a la república, la rebelión sigue contenida, un país aguantando el aliento y por estallar, sigue atento a la nueva chispa.
Por ello urge la rectificación, en primer lugar de quienes tienen la posibilidad objetiva de dirigir este momento histórico.
esperanza y tienen la oportunidad de conducir una gran rebelión a la victoria.
Fraguar una gran unidad debe acompañarse también con la templanza y divulgación clara de un plan que tenga como objetivo derrocar a maduro y embarcar el país en un sendero de desarrollo, bienestar, progreso y democracia con indudable sentido nacional y soberano.
Sin estos cambios en la dirección política del momento el peligro se cierne sobre la república y la pugnacidad de las potencias imperialistas que hoy disputan el planeta derramará su sed de guerra sobre nuestro territorio. Venezuela aún se puede salvar, la REBELIÓN ES UN DEBER PATRIOTA!!