***UNO DE LOS MÁS GRANDES ESCRITORES VENEZOLANOS DE TODOS LOS TIEMPOS. (27 de noviembre de 1935-Santa María de Ipire, Estado Guárico) Confieso que he leído***
1
Argenis lo repetía hasta el cansancio: lo que más amaba en esta vida era la lectura. Una pasión desmedida por los libros le hacía relegar cualquier otra actividad por lo que solía decir que resumía su paso por la existencia con una sola frase: Confieso que he leído. Cuando no leía, escribía, y sus escritos lo hicieron “el más joven cultivador del género narrativo en la última promoción de escritores”, según lo afirmó Pedro Díaz Seijas en 1986.
2
Para Argenis la novela nace con Cervantes, quien se inspiró en las lecturas de los cuentos italianos; pero son los ingleses como Charles Dickens, quienes le dan el tinte social al género. Flaubert, con Madame Bovary, hizo hincapié en la protesta social.
El naturalismo nace como Zola y la introspección aparece como James Joyce. Ulises fue lectura preferida de Argenis y la influencia de la misma en su obra posterior ha sido recalcada.
Salvador Garmendia lo escribió así: “Argenis se leyó casi todos los libros; pero no todos por haber pasado demasiado tiempo descifrando el Ulises de Joyce… cuando comenzó a escribir a prisa y en las hojas de un cuaderno a rayas, lo hizo con la falta de modales, desparpajo lexical, la inclasificable sintaxis y el desdén arrogante por el uso del tiempo y demás previsiones formales, con que aquel libro de horas, blasfemo, fugaz, irreverente, le había encendido las ideas noche a noche.
Esa escritura exasperada, erudita, fantástica y demencial se convirtió en su religión secreta. Como diabólico saltamontes joyceano quería saltar en una misma línea, del lecho conyugal al burdel, de la piedad al desenfreno, de la soledad más oscura a la claridad indecente y maltrecha de las calles. Puedo imaginarlo, releyendo en alta voz, cien veces seguidas, y por último ya a ojos cerrados como si repitiera obsesivamente una lección que se niega a revelar su sentido…”
3
El cuento y la poesía, como los géneros más antiguos de la literatura, ocuparon la atención de Argenis de manera especial. Para él, la Biblia era un cuento largo, o varios cuentos, Chejov es uno de los mejores cuentistas y Horacio Quiroga le atraía por la ola de suicidios que lo envolvía.
4
Julio Cortázar explicaba el boom como un fenómeno literario en un determinado punto del planeta, cuyo auge y desplazamiento obedece al capricho de los tiempos y la geografía. Es decir, en un momento dado favorece la cultura y específicamente la literatura en determinado país o continente.
Para Argenis el boom es la continuidad del arte literario y donde las mejores tradiciones de las letras se conservan a través del hilo narrativo. Por eso la influencia palpable en las obras de los autores del boom, de Camus, de Sartre, Joyce, Flaubert, Faulkner y Hemingway.
El Extranjero, es la novela que llevó a Camus al premio Nóbel. El personaje principal es el prototipo representante del existencialismo. Sábato trató de imitar al Extranjero con su Túnel, Camus en la Peste no alcanzó el grado de excelencia literaria logrado en el Extranjero. Todos estos autores los leía y releía Argenis.
5
De los latinoamericanos Argenis admiraba a Arturo Uslar Pietri y sus Lanzas Coloradas a pesar de que más tarde escribió una diatriba en contra del escritor, que quedó inédita. El peor cuento de Pocaterra es Panchito Mandefuá; pero es el más difundido.
Es necesario releer a Jorge Isaac, José Eustasio Rivera y Romero García. Memorias de un vividor de Tosta García, es la mejor novela venezolana de su tiempo.
El falso cuaderno del Narciso Espejo, de Guillermo Meneses, es una obra a la altura de James Joyce, Hess, Sastre, o Mann. Vidas Oscuras, de Pocaterra, lo comparaba con Señor Presidente.
De los poetas latinoamericanos el más admirado era Rubén Darío. Azul y Cantos de Vida y Esperanza eran su plato preferido, mientras que los nocturnos los consideraba insuperables. Para Argenis la vida era una tragedia, y la lucha más terrible era contra la conciencia, la idea de la muerte y el futuro incierto. Todo esto era el sinsentido de la vida.
6
Pero el inspirador de todos los poetas es Baudelaire y sus Flores del Mal. Allí están las prostitutas, los burdeles y sus consumidores de opio. Baudelaire es el punto de partida para Verlaine y Rimbaud. De Baudelaire, Argenis tomaba en serio dos recomendaciones. La primera tiene que ver con el trabajo creador, pues Baudelaire decía que la inspiración era hermana del trabajo diario.
La segunda se refiere al matrimonio, el cual no recomendaba por lo que sugería tener sólo queridas. La mujer puede ser la perdición para un poeta, para un escritor. Tenemos un ejemplo de Mariano José Larra (Fígaro) que escribió artículos como “El Día de Difuntos de 1836”.
Para Argenis ese artículo estaba escrito en el espíritu de los grandes poetas como Baudelaire, Rimbaud o Lautréamont y explicaba la razón de su muerte. Argenis no aceptaba eso de matarse por una mujer. Larra se mató, según Argenis, porque sufría por España.
7
Una vez escribió “Soy un literato desde que nací. No he hecho más que leer y escribir. Con mi obra lo que he ganado son enemigos. Nunca he sido complaciente. Yo veo el lado malo de las cosas porque creo que el hombre tiene más vicios que virtudes, yo no sé si esto es mío o lo aprendí de Sade o de Colin Wilson.
Sade pasó la mayor parte de su vida en una prisión y murió en un manicomio de Charenton. Colin Wilson es un burgués de mí misma edad, pero tuvo la fortuna de nacer en Inglaterra. Sus novelas han sido llevadas al cine. No es lo mismo nacer en Santa María de Ipire que nacer en Londres, tengo esa desventaja”.
8
Argenis me contó que el 27 de noviembre de 1997 celebró en solitario sus cumpleaños y leyó a Rimbaud : Las Iluminaciones y una Temporada en el infierno.
Edgardo Rafael Malaspina Guerra