España.- Lionel Messi certificó la victoria azulgrana en un partido tenso y feo, con pocas ocasiones, como correspondía a las dos mejores defensas del campeonato.
Con un toque exquisito a balón parado, el 10 colocó el título en la escuadra y alejó al Atlético a 8 puntos, un mundo. Nada se puede reprochar a los rojiblancos, que acabaron con cuatro delanteros en busca de alargar el sueño.
Al minuto 26, Messi recibió una falta aparatosa de Thomas en la zona del 10. Con un punto de innecesaria, también. Barrera a la distancia, Leo se perfiló en diagonal, tres pasitos y balon adentro al primer palp. Jan Oblak se lanzó para rozarló antes de que entre en la portería, pero su paso al segundo palo lo perjudicó.
El Atlético se transformó en la caseta. En actitud, especialmente, porque el equipo, antes de los cambios, ya se lanzó sobre campo contrario con la ambición de quien se resiste a perder la Liga.
Simeone hizo una serie de cambios especialmente atrevidos, Correa por Vrsaljko (Thomas al lateral) y Gameiro por Gabi. Nada más entrar, el extremo probó el sector de Jordi Alba para ampliar el frente de ataque.
Con todos los atacantes en el tapete, no hubo apenas remates. Sólo un par de amagos del esperado Griezmann, blandos y desviados. Poca producción del Principito donde más se le espera.
Empujó la gradería al Barça en los momentos malos y agradeció la entrega de los cracks. Mención especial para Coutinho, capaz de defender en el lateral diestro para evitar que el Atlético sorprendiera en una contra.
El Atlético despobló el centro del campo encomendándose al imponente Giménez, capaz de controlar a Suárez o a Garrincha, quien pasara por allí. Por eso ocurrieron más cosas en las áreas. Se anularon dos goles, uno por bando, a Suárez y a Gameiro. Ambos por fuera de juego claro. Y el partido se escurrió con tensión hasta el final.
Fuente
José María Rodríguez