Madrid.- El invicto Barça dejó su apellido en Cornellá. El derbi copero acabó con la imponente racha azulgrana en un tramo final tremebundo, construido desde un penalti parado por Diego López y un gol a tres minutos del final por Melendo, a pase de Navarro. Gustazo perico para poner picante a una eliminatoria que se decidirá en el Camp Nou.
El Espanyol planteó el arranque del partido con cinco centrocampistas para sembrar de minas la pradera de Messi. así que se presuponía la superioridad perica en la zona de creación. Sobre todo con Paulinho y Aleñá en los interiores, tan poco habituales. Intento estéril, porque el Espanyol se alejó del área contraria y no controló el juego, posesión de Busquets.
Los descansos programados por Valverde restaron gol al Barça. Sin Luis Suárez y Jordi Alba, la finalización quedó casi en exclusiva para Messi, que también siente el derbi como algo especial. Recibió dos tarascadas en los primeros minutos, y no paró de buscar el enganche a la espalda de los medios blanquiazules.
Se esfumó medio partido sin una llegada trenzada del Espanyol, aunque a la hinchada no le importó mucho. Controlada el cero en la portería propia, lo que ocurriera en la contraria sería una propina. El damnificado fue Gerard Moreno, que no tuvo mejor pase en ese primer acto que un error de Sergi Roberto. Tan solo y tan cansado cogió el descuido al goleador que lanzó desviado y manso.
Los planes cambiaron por completo en el segundo acto. Entró el otro Leo, Baptistao, para alborotar a la defensa culé, y Valverde relevó a Paulinho, tocado, por Rakitic. Pero quien calentó el ambiente fue el colegiado con dos decisiones desiguales.
Falló al no expulsar a Aarón Martín, que mereció la segunda amarilla por agarrar a Sergi Roberto. En cambio, sí acertó al ver penalti de Granero de nuevo sobre Sergi Roberto, ya con Luis Suárez en el campo. Se dispuso a lanzar Messi, dos de cuatro convertidos. Buscó el rincón derecho, abajo, con el empeine, y Diego López respondió con una mano maravillosa. El lucense cantó la parada como un gol, encendiendo Cornellá.
La parada cambió el decorado por completo. El Espanyol aceleró el ritmo y pisó el área contraria. Sin mucha claridad, escaso de remate, pero con la intensidad que pidió Quique en la víspera.
Avisaron los pericos a balón parado, tras un error absurdo de Rakitic, como en Anoeta. Tiró Navarro y respondió bien Cillessen. Poco después, una recuperación en el centro del campo de Granero habilitó a Navarro por el carril derecho, buscó línea de fondo, centró atrás y Melendo cruzó con eficacia. Locura en Cornellá. Cayó el Barça. La próxima semana se adivina partidazo en el Camp Nou.
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Fuente
José María Rodriguez