Un cartel que anuncia “No hay pasajes para ningún destino” recibe a los pasajeros en una de las taquillas del terminal de Oriente, Antonio José de Sucre. En las líneas privadas que cubren las rutas largas hacia el sur y el oriente del país los costos de las tarifas van entre los 235.000 bolívares hacia San Félix y los 660.000 bolívares a Santa Elena de Uairén.
El costo de los boletos para trasladarse en un autobús Sitssa es más asequible. El pasaje más económico hacia Anaco, en el estado Anzoátegui, y otros destinos orientales está fijado a partir de los 36.000 bolívares. Mientras que la tarifa más elevada hacia entidades andinas y llaneras ronda los 67.000 bolívares.
Daynis Blanco, una usuaria, relató que aunque disponía de los 60.000 bolívares en efectivo para movilizarse a San Félix, estado Bolívar, no pudo adquirir su boleto. “Llegué a las 5:00 am y me dijeron que no había pasaje porque no hay unidades. Amaneceré aquí para comprarlo”.
Una fuente vinculada a la dirección del terminal indicó que este año el descenso en el número de usuarios es de 40%, aproximadamente. “Con dificultad llega a los 1.000 pasajeros diarios, cuando en años anteriores había más de 2.500 personas”, dijo.
Señaló que viajar dejó de ser una prioridad para el venezolano, debido al acelerado incremento de los costos. Añadió que a la demora habitual en la venta de boletos se sumó la escasez de efectivo. “Para nadie es fácil tener 200.000 bolívares en el bolsillo”.
A oscuras. Otra fuente que tampoco quiso identificarse destacó que el retraso en el expendio de boletos se agravó este año por las fallas eléctricas que afectan a la urbanización Turumo, vía Petare-Guarenas. “Todos los días se va la luz desde noviembre. Eso paraliza nuestros sistemas”.
De 15 líneas privadas que cubren las rutas nacionales solo 11 prestan servicio, a 50% de su capacidad. La escasez de cauchos y repuestos ha paralizado la mitad de las unidades. De una flota de 5 autobuses por línea solo 2 están operativos, señaló.
En el terminal La Bandera, ubicado en la avenida Nueva Granada, hay vigilancia policial desde la mañana; sin embargo, los usuarios se las ingenian para esquivar a los revendedores que exigen hasta 30.000 bolívares de recargo adicional por boleto.
Luis Jatar, director del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre, explicó que 60 funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana fueron desplegados en las instalaciones del terminal para evitar la especulación en el cobro de las tarifas por pasaje.
Indicó que pese a que hubo un descenso en el número de temporadistas los destinos más solicitados fueron Maracaibo, San Cristóbal y Mérida. “60 unidades fueron activadas. Resguardamos la seguridad de los pasajeros para que paguen lo justo y así combatir la guerra económica”.
Dervis Núñez, una usuaria que se movilizaría a San Cristóbal, denunció que las taquillas no disponen de punto de venta. “El pasaje me costó 350.000 bolívares en efectivo, pero el revendedor me quiso cobrar 30.000 bolívares más. No se justifica que estas irregularidades ocurran frente a las autoridades. Es una ineficiencia total”, manifestó.