Quiero iniciar estás líneas, aclarando que expongo a continuación, mi punto de vista, mi opinión muy personal sobre la compleja realidad política que sé con plena certeza, se vive en el seno de esa parte de la población venezolana, que hace oposición al gobierno bolivariano y al chavismo en particular.
Debo decir también, que mis apreciaciones las realizo con el más profundo respeto, un respeto que nace de mi condición de hermano venezolano, hijo de ésta tierra al igual que ustedes, aún cuando no compartamos el mismo criterio, desde el punto de vista ideológico o político en general.
Lo cierto es, que independientemente de nuestras marcadas diferencias, vamos en el mismo barco, y debería ser causa común, la necesidad de llevarlo a puerto seguro.
He sido dirigente de izquierda, desde hace mucho tiempo, inicié a finales de los ochenta, he vivido en primera fila, (no me lo contaron) eventos como el golpe de Estado del 11 de abril del 2002.
Con su tristemente célebre, decreto de Carmona, donde de un plumazo, desaparecieron las instituciones de ésta República. También viví la paralización de la industria petrolera por más de dos meses, con pérdidas cuantiosas para el país, así como las guarimbas en todas sus versiones, los intentos de invasión a nuestra patria y el intento de magnicidio.
Ahora bien, hago ésta remembranza, no para revivir odios, tengo la convicción que nuestra nación no avanzará, si nos empeñamos en hacer política viendo permanentemente por el retrovisor, al contrario, si traigo estos recuerdos a colación, es para invitar a una sincera y profunda reflexión.
Hermano opositor, me dirijo a tí, pueblo, pueblote, que tienes pleno derecho a disentir de éste Gobierno, de elevar tu voz y a través de las vías constitucionales, promover su salida del poder.
En eso estamos claros. Pero: ¿Acaso no notas, que quienes se hacen llamar tus líderes, te han emboscado en episodios de violencia, una y otra vez?
¿Es esa conducta irresponsable y aventurera, tu modelo a seguir?
¿En cada evento de violencia, golpe de Estado, guarimbas, quién pone los muertos? ¿Los “líderes” de la oposición, o el ciudadano común?
¿Ese tipo de acciones criminales como solicitar bloqueo económico y saquear activos nuestros en el exterior, les ha causado daño a ellos o a tí y a mí?
Quiero invitar con la mayor sinceridad y humildad, a los opositores de a pie, a que trabajen en recomponer su vanguardia, quien no muestre amor y respeto por Venezuela, no está calificado para gobernarla.
O en verdad alguien puede creer que promoviendo odio, resentimiento y “revanchismo”, vamos a salir adelante.
Ojo, no les digo que dejen de ser oposición, no les digo que se pasen a chavistas (las puertas están abiertas) solo les recomiendo que no se dejen utilizar, quienes amamos ésta tierra somos más, por encima de siglas o banderas partidistas, llegó la hora de amar a Venezuela como nuestra madre, para poder defenderla como hermanos.
¿Y qué hay de la dirigencia Chavista?
Quienes me conocen saben que he sido duro crítico, de la forma como han venido manejando las cosas a nivel de nuestra vanguardia, en los últimos años.
Léase bien, responsabilizo a la cúpula de dirección en todos los niveles, al tiempo que hago merecido reconocimiento a la base militante y al pueblo en su conjunto, a ellos mi más sincero respeto y admiración, por tan estoica demostración de valentía y claridad política.
He señalado en reiteradas oportunidades, que flagelos como la corrupción, el sectarismo, la ineficiencia, el burocratismo, la soberbia, la intolerancia y la indolencia, han hecho profundo daño, debilitando la base de respaldo de nuestra Revolución Bolivariana.
Si a eso le sumamos, otros males, como el nepotismo, las imposiciones y demás atropellos para con nuestra propia militancia, llegamos a la muy preocupante conclusión, que urge tomar acciones para corregir el rumbo, si no queremos padecer una aplastante derrota electoral, en los cruciales comicios del 2024.
Se necesita en mi opinión, retomar de verdad, verdad el ejercicio de la dialéctica, debemos debatir con mucho respeto, pero de forma descarnada, abordar con lealtad militante, las fallas internas, para luego poder orientar las masas, de lo contrario, sería una gran mentira, y acto de cinismo, pretender mostrar el camino a todo un pueblo, si a lo interno estamos perdidos.
No vamos a lograr la tarea de unir y sumar, si no trabajamos antes en la reunificación de nuestras propias estructuras.
Y para decirlo de manera más clara, la victoria de nuestro compatriota Nicolás Maduro, en las Presidenciales del 2024, dependerá inexorablemente, de la capacidad de autocrítica y corrección de nuestro partido PSUV.
La propuesta:
La dejo a libre interpretación….
Rogando a nuestro Dios todopoderoso, para que nos bendiga siempre.
Desde aquí fuerte abrazo
Arturo Suárez militante del PSUV
NO VA PARA EL BAILE / Mira a quién más inhabilitaron por ocho años