San Juan de los Morros.- El botadero de basura, llamado por alguno vertedero municipal, desde hace mucho tiempo no solo es foco de contaminación, sino también una tierra de nadie.
Este lugar a donde llega la poca basura que se recoge, es suficientemente grande, sin embargo, desde la misma entrada comienza a verse la basura arrumada.
Entre basura y humo, jóvenes y algunos no tan jóvenes entran y salen con bolsas de objetos y comida. Escarbando entre la basura, peleado con los zamuros, logran conseguir algo de valor.
Lo que muchos se imaginan como un lugar bajo control sanitario, es un terreno abandonado. La imagen de rostros inocentes y una casilla, adornan la sucia entrada. En un pasado esta era un lugar de chequeo y control, ahora solo sirve de hogar para una familia.
Vivir en los alrededores del basurero municipal es un tormento. Incluso hay viviendas pegadas o a pocos metros de la entrada. Humo, basura, malos olores e inseguridad, golpea fuertemente a estas familias.
Los más adultos dan la cara con valentía y denuncian el estado en que dicho lugar se encuentra. El basurero municipal es como el lugar exacto para escribir una novela surrealista. Una especie de inframundo se mueve allí. Al fondo humo, solo humo.
“Esto es como una cloaca e infierno”, asegura uno de los consultados por El Tubazo Digital: “Siempre está ardiendo y siempre está hediondo”.
Conseguimos una mujer con una bolsa y un palo para escarbar entre la basura. Asegura que a diario va a ese lugar a ver que consigue de comer o de vender. Señala hacia un cerro cercano, cuando le preguntamos que dónde vive.
En el basurero municipal no hay cuarentena, no existe el tiempo, no hay país. Es otro mundo entre fuego, humo, basura y seres humanos.
Hace algunos años allí hubo maquinaria y se trabajaba con una especie de “relleno sanitario”. Pero esos eran los tiempos cuando gerencia y gobierno estaban casados. Hoy viven un diviorcio que parece irrecuperable.