Con un salario mínimo de 392 mil bolívares y una cesta ticket de 915 mil bolívares, a muchas familias carabobeñas les será muy difícil comprar medio kilo de este manjar que se acostumbra comer en la Semana Mayor.
La dificultad radica en que, por efectos de la hiperinflación que se viven en Venezuela, los precios de todos los productos alimenticios, de aseo personal y del hogar, están muy altos.