La medida se debe a que dicho lugar era un refugio temporal, reseñó El Tiempo.
En el campamento, donde estuvieron hasta más de 500 refugiados, aún permanecen 83 personas entre las cuales hay varias que no tienen un destino hacia donde ir.
La Secretaría de Integración Social, entidad que tuvo a su cargo este campamento, ha proveído transporte, mudanza y posibilidad de guardar maletas o enseres en bodegas.
Los ciudadanos que no tengan a dónde ir luego del desmonte del campamento podrán dirigirse a albergues temporales en el que podrán estar hasta tres días.
La Secretaría informó que de los 500 venezolanos en el campamento, 115 se retiraron voluntariamente, 138 viajaron a Rumichaca o de regreso a Venezuela con apoyo de Migración Colombia y otras entidades gubernamentales.
Asimismo, 56 abandonaron el campamento sin saber exactamente su paradero y 43 fueron expulsados por problemas de convivencia.
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— EL TIEMPO (@ELTIEMPO) January 15, 2019
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