Apenas recuerdo haber visto los restos de lo que fue un gran incendio en aquellos montes pelados, cuando el autobús de la CAMAG pasó y desde la carretera se veía la soledad cenizosa de aquellos parajes devastados por la candela y unos tubos grandes rotos, regados a lo largo de la vía, por aquí y por allá .
La CAMAG era el transporte público en la ruta de Guaribe a Altagracia, vía a Caracas, en una carretera de granza y tierras.
Si era de verano la polvacera y si era de invierno las quebradas, ríos crecidos y la barrialamenta era de pronóstico, los colectores del bus, le ponían cadenas a los cauchos de autobús para subir o bajar los cerros, igual se coleaban por lo baboso del barro.
Era una hazaña viajar de Guaribe a Caracas, pero de aquel tiempo me llega a la mente las imágenes de los restos de esa explosión.
Recuerdo que era verano porque todo estaba seco y en la zona, fue en el caserío La Aguá El Cielo luego de pasar El Cinco antes de llegar a Tamanaco donde la tubería de gas que pasaba cerca de los caseríos explotó e incendio todo aquello y se quemó gran parte del entorno, acabó con todo, casas, animales y no sé cuánto daño humano hubo.
El autobús de la CAMAG pasó bordeando un par de kilómetros de carretera donde explotó la tubería de gas, el monte quemado y unos ranchos de zinc, blanquecinos y cenizosos de tanto fuego que se quemó en aquella oportunidad.
Fueron varios días de candela, presuntamente una fuga que tomó chispa se incendió y como el gas venía comprimido provocó una explosión catastrófica.
Otras explosiones
El ingeniero petrolero venezolano David Paravisini narró un hecho posterior que también fue noticia: “Yo trabajé en una tubería de gas desde Anaco hasta El Palito, más de 400 km de tubos, y sé cuáles son las condiciones de seguridad a las que están sometidos los sistemas que manejan gas. Un accidente en tuberías de gas es mortal; aquí en Venezuela hemos tenido experiencias luctuosas”. De allí esta memoria del caserío “La Aguá El Cielo”.
Recordó la explosión de un tubo de esa misma red, Paravisini, hoy está retirado de la industria y es consultor de asuntos petroleros, señaló que “en 1981 en San Rafael de Laya, estado Guárico, donde hubo 56 fallecidos y prácticamente desapareció el pueblo.
También apuntó la Tragedia de Las Tejerías el 28 de septiembre de 1993 en el kilómetro 57 de la Autopista Regional del Centro, en el que una explosión en una tubería de gas dejó un saldo de 58 víctimas fatales y 70 personas heridas.
“El tema del gas es sumamente delicado y en instalaciones como una refinería las precauciones de seguridad son triples, cuádruples, porque cada falla que pueda producirse tiene consecuencias mortales”[1]
Más recientemente el 23 de septiembre de 2014, era domingo, se produjo una explosión en el Gasoducto 40″ Anaco-Altagracia de Orituco, tubería numero 26 ubicada en el sector 133 de la población de San Rafael de Laya o El 133 municipio Ribas del estado Guárico.
Luego de la explosión, comisiones de PDVSAGas Anaco se presentaron al lugar intervinieron la fuga de gas producida por la fractura de la tubería. Esa vez no hubo pérdidas humanas pero sí daños materiales, se activaron los bomberos y Protección Civil de Valle La Pascua y la población fue desalojada a tiempo.
Luego de ese evento en 2014, PDVSA puso en marcha 2 unidades estípticas en la nueva planta compresora Altagracia (Ipare), en Guárico, para aumentar la capacidad de transporte de gas en sus sistemas en el eje centro-occidental del país, elevándola a 120 millones de pies cúbicos día y se actualizaron los sistemas de seguridad.
Los tiempos cambian y en estos días, específicamente el 18 de octubre de 2020, un escape de gas en esa misma tubería a la altura del caserío El Cinco (noreste de Guárico), puso en alerta a la comunidad ahora organizada y conectada que advirtió a las autoridades a tiempo, pero además esas tuberías tienen un sistema instalado de ultrasonido u ondas guiadas, es un método que consiste en la emisión de ondas torsionales de muy baja frecuencia a todo lo largo del perímetro del tubo, con un aparato especial colocado en determinado punto de la tubería; lo cual, junto a la inspección visual, permite buscar posibles defectos internos o externos para hacer cálculos en cuanto a presión y predecir probables fallas en las líneas de gas.
Gracias a Dios y a esas circunstancias no hubo pérdidas ni materiales ni humanas.
Aldemaro Barrios R. / venezuelared@gmail.com
