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Pero, con todo, (y como escribir es vicio y patología) si deseo expresar brevemente algunas ideas fruto de mis dulces diálogos con la almohada en la madrugada insomne de hoy, y espero no ser ofensivo:
1.- Hay que ser bien cínico, caradura, irresponsable y totalmente analfabeta político como para pretender, como lo pretende la nube sin agua de Nicolás Maduro, lanzarse nuevamente como candidato a la presidencia en los próximos comicios electorales.
La sola idea pone los pelos de punta. ¿Es que las filas de Psuv esta tan carente de personas probas? ¿Qué sentido tiene, Nicolás Maduro, volver a entronizar el sonoro fracaso de tu gestión? Hasta los oficialistas sinceros se horrorizan al considerar tal posibilidad.
¿Ese es tu amor por Venezuela? ¿Condenarla a seis años más de sufrimiento y peligro de exterminio? Es muy pobre tu calidad de estadista. Más vale retomes el volante del autobbus y sigas siendo chofer de la patria porque tus aptitudes no dan para más.
2.- Y tu, amigo opositor, no sigas siendo blanco del desánimo y sal a votar cuantas veces sea necesario. Deja el llanto y no sigas victimizandote. Aparta de ti el cortoplacismo tan pernicioso en política.
Recuerda que Bolívar, antes de lograr una victoria significativa, sufrió diecisiete derrotas desalentadoras. No tienes excusa ante la coyuntura nacional. La falta de formación cívica que lleva a votar por el oficialismo, es la misma que opera a la hora de abstenerte de votar.
Y debes votar aún por el candidato que no goza de tus simpatía. Un Wiston Churchil, enemigo de Stalin y el comunismo, al enterarse de que la Unión Soviética fue invadida por las tropas nazis, dijo: “Cualquier hombre y cualquier Estado que combata al nazismo tendrá nuestro apoyo, lo mismo que todo hombre y todo Estado que actúe con él será nuestro enemigo”.
A madurar pues de una buena vez.
Daniel R Scott
