La causa de este fenómeno obedece a factores estrictamente genéticos controlados por genes nucleares (androesterilidad génica), genes ubicados en el citoplasma de la célula (androesterilidad citoplasmática) y a la interacción de ambos genes, conocida como androesterilidad génica-citoplasmática.
Esta condición representa una gran ventaja y es aprovechada en la producción eficiente de semilla de híbridos de maíz a nivel mundial. La aplicación de ésta tecnología permite al productor de semilla reducir costos, ya que el progenitor femenino no requiere labor de desespigue o emasculación debido a su constitución genética.
En 1970 el doctor Mauricio Riccelli realizó en Venezuela los primeros trabajos de androesterilidad en maíz, logrando la primera conversión de líneas venezolanas a citoplasma T en el Instituto de Genética de la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Estos estudios permitieron que en 1973 se liberara el primer híbrido venezolano llamado Proseca 71, producido por androesterilidad génica-citoplasmática.
Actualmente el programa de mejoramiento genético de maíz de Fundación Danac se encuentra desarrollando 10 sistemas androestériles, 7 para maíces de grano blanco y 3 para maíces de grano amarillo, el método de mejoramiento genético implementando para la conversión de las líneas androestériles es el de retrocruzas, utilizando como germoplasma recurrente a las líneas mantenedoras previamente identificadas.
Las próximas evaluaciones de esta tecnología están orientadas a la producción de híbridos 100% fértiles con características agronómicas deseables, proyectadas a la producción de semilla de maíz con sistemas de androesterilidad génica-citoplasmática.
Fundación Danac demuestra su compromiso mediante investigación e innovación, desarrollando nuevas tecnologías que aporten a la producción de alimentos en el país.
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