Esta es la historia: Herodes temía por su futuro político y creía en peligro su reinado después de recibir a los “Magos”, quienes llegados de Oriente buscaban al niño que se convertiría en rey para adorarlo.
Tras el nacimiento del Niño Jesús en Belén, el rey ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años de edad en la región de Judea, en un intento desesperado por eliminar al Mesías, como se lo habían presentado los Reyes Magos.
Pero cuenta el evangelista Mateo (2, 13-23), que el “Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto”; y permanece ahí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle'”.
Así que san José “se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes”. La Sagrada Familia partió de este modo, logrando impedir la muerte del Hijo de Dios.
Desde entonces, la Iglesia conmemora todos los años a los Santos Inocentes. Con el tiempo, debido a razones culturales y folclóricas, adquirió en algunas regiones una connotación graciosa y en algunos casos eminentemente mundana.
En la Edad Media, algunos escritores cristianos calculaban la cantidad de niños asesinados entre tres y 15 mil, pero según versiones históricas, el censo ordenado por el gobernador Quirino indicaría que en Belén no había más de 800 habitantes.
UN PORQUÉ DE LAS BROMAS
La costumbre de intercambiar entre amigos y conocidos, bromas que no causan perjuicio, apunta al hecho de que se trata de bromas “inocentes”. Y una forma que en opinión del obispo venezolano Reinaldo Del Prette, busca “matizar de manera jocosa un evento que fue muy duro”.
En conversación con Globovisión, el Arzobispo de Valencia (Carabobo) dijo que se trata de “una celebración donde el niño es lo central y más importante”. Eso, insiste, “es lo más bonito”.
No obstante, deja claro que hacer bromas es parte de la cultura latinoamericana. “Herodes mandó a matar a los inocentes… De lo bíblico se pasó a la tradición de echar cuentos, pero es una manera jocosa de vivir un acontecimiento”.