La eucaristía o las confesiones practicadas por este cura “no serían válidas” aunque “la gracia de Dios actúa” sobre los fieles de buena fe engañados por este falso religioso, indicó a la AFP una portavoz de la diócesis de Cádiz y Ceuta.
En cambio, los matrimonios y bautizos oficiados por este sacerdote siguen siendo válidos. “La gente no tiene que volver a casarse”, señaló.
Miguel Ángel Ibarra, que llegó a España en octubre de 2017, estaba a cargo de la iglesia de Medina Sidonia, un hermoso municipio rural de 11.000 habitantes en la región de Andalucía.
Su traslado a España fue en virtud de un acuerdo firmado con la archidiócesis de Santa Fe de Antioquia.
El 13 de diciembre, ésta les comunicó que “tras una denuncia de falsedad en sus documentos de ordenación, se había llevado a cabo una profunda investigación que concluía que Miguel Ángel Ibarra no había sido nunca ordenado sacerdote”, informó la diócesis española en un comunicado.
A raíz del descubrimiento, el falso cura fue cesado de sus funciones de párroco y fue convocado ante su archidiócesis de origen para responder por su actuación, prosiguió el texto.
“La diócesis de Cádiz y Ceuta lamenta que, hechos como este, puedan ensombrecer la labor de sus párrocos y sacerdotes debidamente ordenados, que sirven a la Iglesia diocesana, cada día, de manera ejemplar”, añadió.
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